Ya está bien

La filà Ligeros ha aprobado por “unanimidad y mediante aclamación” la plena igualdad de sexos en el seno de la entidad. La noticia que se publica este martes en las páginas de El Nostre parece sacada de las hemerotecas, de otro tiempo o procedente de algún país del tercer mundo donde todavía hay mucho que avanzar en cuanto a derechos sociales. Pero no, la noticia corresponde a una asamblea celebrada este pasado sábado, en Alcoy.

En un país avanzado. En la misma ciudad donde hace unas semanas, los Chano –otra filà–, reclamaba en el parlament de la festa, en una asamblea del Casal de Sant Jordi, que se admitiese que las mujeres pudiesen representar a las filaes en el acto de la Glòria.

Tras estos dos signos que nos acercan a la normalidad y tras el desfile de una escuadra femenina en la pasada Diana, nadie se ha rasgado las vestiduras. No ha habido ni multitudinarias manifestaciones ni se ha producido cataclismo alguno. Tampoco ha habido encadenamientos masivos a las puertas del Ayuntamiento.

Afortunadamente. Bienvenidos, aunque tarde, sean estos avances, estos cambios, que han tardado en llegar pero que hacen que la festa hoy pueda ser considerada de otro modo. Que sea vista como algo más próximo a nuestros tiempos y a la realidad social.

Otra realidad es que al Ayuntamiento de Alcoy, en lo urbanístico, le crecen los enanos. La última perla, una sentencia del TSJ que estima que parte del restaurante McDonald’s es ilegal. Lo denunció en 2008 La Carrasca y ahora el alto tribunal valenciano le ha dado la razón. Un vial y el párking ocupan parte de una zona verde.

Este nuevo revés, como otros muchos anteriores, tendrán, a buen seguro, sus consecuencias económicas para el Ayuntamiento. Y unos responsables, a los que habría que reclamar responsabilidades. Como en el Calderón, en Serelles, La Rosaleda y otras tantas chapuzas urbanísticas que están condenando a las arcas municipales a tener que reparar daños e indemnizar por los desaguisados que cometieron otros gobiernos, al frente de los cuales había gente que, a día de hoy, sigue impune. Esa es la triste realidad. Y ya está bien.

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