Vicente Juan García, una máquina de ganar

Son las paradojas del deporte, sobre todo cuando no es una profesión y solo un estilo de vida. A Vicente Juan García, nada más bajarse del avión de vuelta de Camboya, le estaba esperando su puesto de trabajo en el Parque Intercomarcal de Bomberos y una guardia de 24 horas. Escuchándole nadie diría que hace una semana entrara victorioso, brazos abiertos y sosteniendo una bandera de España repleta de mensajes de ánimo de familiares y amigos, con el Angkor Wat, monumento declarado como Patrimonio de la Humanidad, como testigo de excepción de su última gesta deportiva.

Acababa de ganar la The Ancient Khmer Path 2016 tras correr 220 kilómetros durante seis extenuantes etapas por lo más profundo de la selva de Camboya. El ultrafondista de Villena residente en nuestra ciudad ha vuelto a demostrar que es uno de los grandes especialistas mundiales en este tipo de pruebas que se realizan en autosuficiencia. Completó la carrera en la que era el único español participante y habían representadas hasta veinte nacionalidades distintas, en un tiempo de 19 horas, 56 minutos y 13 segundos, por delante del belga Kurt Alderweireldt y del canadiense Stan Lee.

Concluye así, un 2016 que se planteó con muchas reservas por la falta de dinero para cubrir un calendario internacional, pero que finalmente ha conseguido salvarlo con mucho sacrificio y el respaldo de Unión Alcoyana Seguros y Ambielectric como patrocinadores y la colaboración de Rosa Miel Esencia de Ayora con los que ha podido competir en dos continentes diferentes.

Destapó el año como director deportivo del proyecto llevado a cabo por el ultrafondista cartagenero Andrés Lledó de cruzar Costa Rica de costa a costa, desde el Pacífico hasta el Atlántico, tras 400 kilómetros por la jungla tropical. Después disputó y ganó por segundo año consecutivo con su equipo el Trail Solidari Ciutat d’Alcoi, luego en junio fue el vencedor de la Jungle Ultra de 230 kilómetros por la selva del Amazonas en Perú, a finales de septiembre se impuso en los 50 kilómetros de la Endurance Trail de Costa Rica, y acaba de llegar de competir en un escenario de película por la selva de Camboya, en la que se ha encontrado varios de los paisajes más bellos que nunca ha presenciado, algo que no es cualquier cosa para Vicente Juan García, que tiene el honor de haber corrido en los sitios más inhóspitos del planeta, incluida la Antártida, no en vano fue el primer ultrafondista del mundo en conquistar el circuito de los 4 Deserts en 2012 habiendo completado y ganado todas las pruebas del calendario.

–¿Satisfecho con lo conseguido este año?

–Bastante, he terminado con muy buenas sensaciones. No esperaba haber conseguido tanto porque el año no pintaba bien. Lo ideal en mi caso es disponer de ese patrocinador fuerte que te permita afrontar los 30.000 o 40.000 euros que cuesta hacer un circuito completo de Grand Slam. Mi ilusión en este 2016 era cumplir los 40 años con el reto de volver a ganar los 4 Deserts. Estuvimos tentados de iniciarlo, pero decidimos dar marcha atrás porque era una tontería empezarlo para luego tener que dejarlo por falta de presupuesto. Así y todo estoy muy orgulloso de lo que he conseguido y muy agradecido a los patrocinadores y colaboradores que me han permitido acudir a pruebas importantes del calendario internacional.

–¿Acabas de poner pie a una temporada y ya estás pensando en la siguiente?

–Este deporte es así, el calendario internacional no ofrece tregua y para febrero ya hay las primeras carreras importantes. Estoy como hace un año, tengo algunas cosas pero aún no he podido cerrar el presupuesto para 2017. En un principio, la idea es volver a hacer tres pruebas internacionales y luego ya veremos. Al haber ganado en Camboya, tengo invitación para correr en Bután al ser de la misma organización. También existe una propuesta para correr en septiembre en el Desierto del Gobi una prueba de 400 kilómetros non stop, algo que se sale de mi perfil como corredor de largas distancias, pero es una opción que estoy contemplando. Otra posibilidad es correr en el Desierto de Namibia, incluso en Laponia, además de que las organizaciones de Costa Rica y Perú quieren que vuelva otra vez. Posibilidades tengo muchas, pero todo dependerá del dinero que tenga de patrocinadores.

–¿En Costa Rica precisamente tuviste la oportunidad de abrir otra vía dentro de tu carrera?

–Fue una experiencia muy bonita poder ser director de un proyecto de rodar un documental en el que recorrimos Costa Rica desde el Pacífico hasta el Atlántico y aportar toda mi experiencia en estos cinco años que llevo en las largas distancias. La presentación del documental ha coincidido precisamente con mi estancia en Camboya. La idea es celebrar en allí un Ultra Trail. Es un país con unas enormes posibilidades que se está haciendo un nombre en este tipo de organizaciones. En aquellas tierras ya se han celebrado campeonatos del mundo de raids, btt y de orientación.

–¿Qué tal la experiencia de correr en Camboya?

–Fantástica y complicada a la vez. El clima es asfixiante, con temperaturas de 40 grados y 100 por 100 de humedad. Para mí es más difícil de gestionar una carrera en estas condiciones que con 50 grados en el desierto. Hubieron muchas descalificaciones por seguridad de corredores que empezaron a orinar sangre. Tuve que aclimatarme rápido, en apenas tres días, cansado después de 27 horas de viaje en avión y con un ambiente muy húmedo después de haber pasado la época de los monzones. Sorprendí a los rivales con mi táctica, opté por salir rápido e imprimir un ritmo fuerte para intentar sacar el máximo de tiempo antes de la etapa reina, de 63 kilómetros, que estaba situada en el tercer día de carrera. Los 17 minutos que logré me vinieron muy bien para el día siguiente, cuando a falta de 13 kilómetros, antes del último avituallamiento, empecé a notar mareos y tuve que bajar el ritmo. A base de gominolas de hidratos de carbono y bajar la temperatura del cuerpo con agua logré controlar la situación. No soy de geles. Para pruebas de un día, van bien, pero para carreras por etapas necesitas algo sólido, los geles suelen dar problemas de estómago”.

–Quedaban aún tres etapas…

–Si de 31, 45 y 17 kilómetros, que era la última, donde sufrí una barbaridad porque todos se volvieron locos queriendo ganar la etapa. Intenté ir de menos a más y al final conseguí mi propósito de vencer todas las etapas. En la de 45 kilómetros ascendimos una montaña de mil y pico metros de desnivel que arriba tenía un templo. Camboya es un país con una naturaleza increíble. Del sitio más insopechado, de repente aparecía un templo que te quedabas con la boca abierta. Me siento un privilegiado porque he tenido la oportunidad de ver lugares a los que el turista no llega y son increíbles”.

–¿Es el sitio de los que has corrido que más te ha impresionado?

–Podría escribir un libro y es algo que tengo pendiente porque hubo un intento y al final se acabó estropeando. Fue espectacular estar corriendo en China y ascender la montaña de Tianmen para encontrarte con la Puerta al Cielo. Otra experiencia fantástica fue el Cañón del Colorado, ver la inmensidad de aquella ruptura, su tierra rojiza o correr en la Antártida, en la inmensidad de aquel hielo y junto a colonias de pingüinos. Fue también maravilloso estar en el Desierto de Atacama a 50 grados y al lado el pico nevado del volcán de Licancabur, situado a 6.500 metros de altitud.

–¿Qué esperas con 40 años y después de haber conseguido tantas cosas?

–En el ultrafondo, la edad optima está entre los 40 y los 45 años, por lo que en mi caso estoy en el mejor momento de mi carrera. No es algo que lo diga porque sí, sino que lo siento. En Camboya he terminado con unas sensaciones increíbles. Es fruto de un trabajo bien planificado, que empieza por la comida, también es importante mantener unos hábitos de vida saludable, descansando bien y tratando de entrenar siempre a las mismas horas, tener una buena base física que no es solo hacer largas tiradas de kilómetros, sino alternar con otros deportes y, muy importante, trabajar la fuerza, que es para mí la base de todo. La experiencia también hace mucho, implica que aprendas de los errores que has cometido, que yo he tenido y algunos importantes. Me equivoqué la temporada que decidí dejar las carreras por etapas en autosuficiencia para pasarme a las non stop. Físicamente mi cuerpo no estaba preparado y lo acusó. Tuve que ir progresivamente. Aún así, ese año gané el circuito, pero tuve en la Badwater (Estados Unidos) el único abandono de mi carrera, en el kilómetro 130 de los 150 que tenía la prueba. Aquel año logré ganar en Atacama e Israel, fui cuarto en Suecia y Australia y octavo en Sudáfrica.

Advertisements

Send this to a friend