Una utópica Via Verda
La alcaldesa de Gandía, Diana Morant y el alcalde de Alcoy, Antonio Francés, han acordado impulsar la adecuación del trazado que fue del tren Alcoy-Gandía y Puerto para convertirlo en la Via Verda del Serpis, que comprendería un camino de unos 53 kilómetros entre ambas poblaciones. Ambos políticos, miembros del revitalizado Consorcio de las Comarcas Centrales, señalaron que el proyecto obligaría a una inversión de más de ocho millones de euros, y para ello tratarán de involucrar-léase ayudas financieras- a las Diputaciones de Valencia y Alicante, además del Ministerio de Medio Ambiente y la Fundación de Ferrocarriles Españoles. La noticia, publicada en este periódico hace unos días, me dejó asombrado ya que una buena parte de este antiguo trazado ha desaparecido o está ocupado por carreteras, viviendas, industrias, tierras de cultivo e incluso dos parques públicos.
El trayecto por el que circuló el tren hasta Gandía durante setenta y seis años (1893-1969) lo conozco bien. En parte porque mi madre nació en la Ciudad Ducal, pero sobre todo porque mi abuelo materno fue empleado de este ferrocarril. Durante más de treinta años la familia viajamos en el Xitxarra cientos de veces, casi gratis. Desconozco el anteproyecto que hace unos diez años redactó Alfonso Jordá Aracil, estudio que al parecer se pretende recuperar pero lo cierto es que, en estos momentos, el único tramo de la presunta Vía Verde del Serpis que existe es el que lleva desde la antigua estación de Lorxa hasta un kilómetro, más o menos, de Vilallonga.
Especialmente en la entrada y salida de Alcoy y Gandía esta vía desapareció tragada por el crecimiento urbano de ambas ciudades, igual que en la práctica totalidad de los pueblos por donde discurría la línea. Por ejemplo, el barrio de Zona Nord se zampó los terrenos de la salida de Alcoy, así como la estación del tren y sus vías que ahora ocupa la plaza de Al-Azraq. En nuestra ciudad no queda ni rastro de la llegada del Xitxarra. Sólo en un corto tramo en Els Algars se ha salvado pero si continuamos el trayecto éste se corta abruptamente, cae en vertical sobre la carretera de salida de la autovía cuando ésta llega al desvío señalado como Alcoy norte o Cocentaina sur.
En la ciudad contestana la vía desaparece, también en Muro. Igualmente desde Vilallonga hasta Gandía aunque en Almoines tuvieron el buen gusto de convertir en parque -El Parc de l’Estació, con reproducción a escala de todas las estaciones del trayecto y unas vías donde circula un pequeño tren- el tramo del ferrocarril que pasaba por este pueblo. También su estación se encuentra en perfecto estado y ante una carretera muy transitada, a su lado han construido un edificio dedicado a Museo del Ferrocarril Alcoy-Gandía lo que significa una sonora bofetada para ambas ciudades, que le dieron nombre a la línea de ferrocarril y que tantos beneficios les procuró. Ambas ciudades sólo homenajean esta línea con una antigua máquina ubicada en las cercanías de la llegada del tren Xitxarra. La estación de la capital de la Safor también se conserva y está rodeada de un parque.
Hay que olvidar aquellos puntos del recorrido donde los barrancos o el río Serpis obligaban a la construcción de un puente. Ya no existen. El trayecto hasta Gandía tenía varios pasos elevados, todos metálicos, recuerdo el que había a la salida de Muro, que era muy largo, otros en Gaianes, Lorxa y Gandía. Cuando se clausuró la línea, en 1969, fue lo primero que desguazaron, junto con los carriles y casi todas las traviesas. Los túneles no se los pudieron llevar… Los que bordean el Serpis, en el fantástico barranco que separa Lorxa de Vilallonga, son un espectáculo y uno de ellos, el más largo, necesita linterna para cruzarlo. (Es ésta una excursión que realizamos todos los años miembros de la Peña Gaiato, que al haber desaparecido el puente metálico que permitía cruzar el Serpis el acceso hasta la Reprimala y Vilallonga sólo se puede hacer por una empinada cuesta).
Habrá que estar atentos a este proyecto de los alcaldes Morant y Francés pero lo cierto es que recuperar el antiguo trazado del tren Alcoy-Gandía para convertirlo en una Via Verde con una extensión de 53 kilómetros me parece que es materialmente imposible. O sea, un proyecto utópico.