Un vino blanco ideal para apagar la sed en verano
A veces cuesta entender qué mueve a cada elaborador a desarrollar cada marca de vino, el porqué se ubica en una zona en concreto o porqué mezcla una variedad con otra.
De partida, sabemos que hay mucha gente que se dedica a elaborar por tradición familiar y hace lo mismo que hacían sus antepasados. Son bodegas tradicionales y familiares y buscan sorprender a los consumidores con pequeñas variaciones de todo lo aprendido.
Otros, elaboran en base a aquello que el dueño de la bodega y sus asesores han decidido que es lo más comercial. Son bodegas con poca personalidad, creadas sobre todo con el boom del ladrillo que casi obligaba a cada constructor a tener su propia bodega, para no ser menos que otros…
Y los hay que, tras tiempo elaborando para otros, deciden asentarse en una zona de las que han trabajado y que les resulta interesante para empezar un proyecto allí. Son las bodegas que logran ilusionar y mantener vivo este sector que sigue en continua evolución…
La bodega de hoy pertenece justamente a este tercer grupo. Dos hermanos, uno dedicado a la viticultura y enología y otro más orientado a la ilustración y el diseño. En 2006 empiezan su proyecto entre Terra Alta y Montsant. ¿Su objetivo? Alcanzar unos vinos blancos con la variedad Garnacha Blanca, que apasionasen a expertos y consumidores de a pie. Aunque también elaboran vinos tintos.
En la búsqueda de su gran vino de Garnacha blanca, empiezan a retomar el contacto con bodegas en las que habían trabajado y expanden sus vinos a otras DO como l´Empordà, Ribera Sacra y Priorat.
“Tocat de L’ala blanc”, es un coupage de garnacha blanca y macabeo, buscando obtener un vino lo más mineral posible en nariz y que en boca sea muy fresco y persistente. Un vino ideal para apagar la sed del verano.
Salud!