Un Alcoyano partido en dos
Más que la derrota en sí, lo más preocupante fue la pobre imagen que dejó el equipo y, sobre todo, el socavón en el que parece haber entrado los de Vicente Parras. Son dos puntos de nueve posibles, algo inédito en la etapa del técnico ilicitano en el banquillo blanquiazul.
Parece que el Deportivo se secó tras la media docena de goles frente al Vilamarxant. No marcó en Paterna, todos vimos lo que sucedió ante el Novelda en el Collao y se volvió a pasar la mano por la pared el sábado en Sagunto, donde se perdió el primer partido de la temporada.
La situación no es merecedora de alarmar a nadie ni mucho menos, porque el equipo sigue manteniendo una ventaja sideral con respecto a sus perseguidores y el primer objetivo del play-off lo tiene al alcance de la mano, pero sí que merece un análisis cuando lo que antes le alcanzaba para empatar, ganar e incluso hasta golear, ahora ya no es suficiente y al Acero le bastó una jugada para sonrojar al Deportivo. Primero con una absurda pérdida de balón cerca del área, después dejando a un rival que remontara la línea de fondo por evitar cualquier contacto y finalmente con un balón que terminó entrando por debajo de las piernas de José Juan. Hasta ahora, cuando el juego del equipo no le daba para sacar adelante sus partidos, entraban en acción las individualidades que se encargaban de poner firmes al rival.
En Sagunto se vio a un Alcoyano partido en dos. De la defensa se pasaba al ataque porque centro del campo no existió. Algo que ya sucedió la semana anterior contra el Novelda. Cuando Vicente Parras quiso tratar de dar algo de criterio al juego blanquiazul con la entrada de Jorge Moltó por Diakité, sucedió que tenemos a un jugador fuera de onda, que no ha tenido continuidad en toda la temporada porque su fútbol no ha gozado de dos partidos seguidos. Igual pasa con Miguel Aracil o Josué, dos medioscentros creativos que aparecen y desaparecen del equipo como el Guadiana.