Smart City. SALVA PÉREZ. Profesor de Educación Vial

La expresión “Smart City” (Ciudad Inteligente), es un concepto que en los últimos meses se está poniendo de moda. El término se refiere a un desarrollo urbano capaz de responder a las necesidades básicas, tanto de los habitantes como de instituciones y empresas. En este sentido, Alcoy no quiere quedarse rezagada y aspira a convertirse en una “Smart City” más de nuestro país.

Una ciudad se puede calificar de inteligente cuando las inversiones que se realicen en capital humano y tecnologías de comunicación, promuevan una mejor calidad de vida y un alto aprovechamiento del tiempo de los ciudadanos. Alcoy en este aspecto necesita muchas mejoras.

Una de las mejoras que tendría que proponerse el consistorio municipal, es la señalización. Existe un desorden totalmente desordenado: marcas viales medio borradas o borradas del todo; señales verticales en mal estado; semáforos que contradicen a señales verticales. Alcoy quiere ser ciudad inteligente pero en estos momentos circular por Alcoy es para inteligentes.

Uno de esos semáforos mal colocados es el situado en la intersección de la calle Pont de Sant Jordi con Doctor Sempere. A más de uno le habrá pasado que el vehículo de delante se ha quedado detenido sin avanzar hasta que hemos hecho uso del claxon para advertirle de la inutilidad de dicho semáforo. Pues bien, el otro día dando prácticas un vehículo con matrícula de Madrid se detuvo. Al cabo de unos segundos utilice el claxon para indicarle que avanzara. El señor bajó del vehículo increpándome y señalando el semáforo. Bajé del coche y le expliqué amablemente que reanudara la marcha porque dicho semáforo estaba mal colocado. Como no podía ser de otro modo el señor dio una pequeña reprimenda al ayuntamiento y se marchó.

Efectivamente es un absurdo dicho semáforo. Pero como está colocado el conductor que viene de fuera, no sabe que es ineficaz y un gasto de luz ilógico, lo respeta. Dicho conductor está haciendo lo correcto y todos los demás cometemos una infracción. Así lo dice el Artículo 146 del Reglamento General de Circulación: Una luz roja no intermitente prohíbe el paso. Mientras permanece encendida, lo vehículos no deben rebasar el semáforo ni, si existe, la línea de detención anterior más próxima a aquél. Si el semáforo estuviese dentro o al lado opuesto de una intersección, los vehículos no deben internarse en ésta ni, si existe, rebasar la línea de detención situada antes de aquella.

Estoy seguro que alguno dirá: “El Reglamento dice una luz roja y el semáforo tiene dos”. El sentido del artículo es el mismo tenga una, dos, tres…

Hasta incluso, autobús y taxis tienen prohibido el paso. Aunque hayan puesto una vertical de entrada prohibida con la inscripción “excepto bus y taxi” ¿Por qué? Muy sencillo, porque existe una prioridad entre señales: 1. Señales y ordenes de los Agentes. 2. Señalización circunstancial que modifique el régimen normal de utilización de la vía y señales de balizamiento fijo. 3. Semáforos. 4. Señales verticales de circulación. 5. Marcas viales. Por tanto, como los semáforos prevalecen sobre las señales verticales, ningún vehículo podría internarse en la intersección. Esto es, que los cambios de dirección a la derecha e izquierda, que todos realizamos, no se podrían efectuar hasta que el semáforo cambiase a fase verde. Como esto no ocurre nunca la cola podría llegar hasta la plaza y más allá.

Si queremos ser “Smart City” no hay que crear aplicaciones para mejorar la calidad de la ciudad, sino mejorar la ciudad para crear aplicaciones de calidad.

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