Siempre gracias
Atrás quedó la Mostra de Teatre.
Han sido muchas las felicitaciones y también abundantes los descréditos que en torno a ella se han vertido.
Me quedo con la realidad que ha supuesto poder acceder a un buen número de espectáculos de calidad. Ver día tras día sesiones de teatro repletas de público es muy gratificante para todos los que estamos vinculados a esta tarea aunque no sea de forma profesional.
No entraré en economías ni en políticas; tampoco en negocios ni en protagonismos… Me quedo con los tres objetivos que la Mostra se propuso para esta edición y que, a mi parecer, se han cumplido satisfactoriamente.: la conexión con el mundo educativo incorporando teatro con raíces clásicas, la oferta teatral para público generalista y variado (magia, calle, multimedia…) y la posibilidad de poder contemplar las últimas creaciones de nuestras compañías.
Tesalín, el grupo de teatro infantil y juvenil, representa un punto de inicio en este amplio terreno.
Crear ilusión por el mundo teatral, compartir escenas desde los primeros años, valorar la labor de equipo, tener la posibilidad de ser creativos y desarrollar la afición escénica va a permitir que en el futuro, cuando estos pequeños y jóvenes artistas participen del mundo de los adultos, estimen y valoren más, si cabe, todo este tipo de realizaciones.
Formarse desde dentro permite además ser un público agradecido y crítico.
Volviendo a la Mostra y enlazando con estos principios, tuve la agradable posibilidad de comentar en los accesos a los teatros y en las lentas salidas de los espectáculos, vivencias y sucesivas aportaciones que el teatro ha protagonizado en aquéllos que se habían formado en el Tesalín.
Con satisfacción observaba cómo la semilla que un día se plantó, daba verdaderos frutos en el ámbito teatral y me complacía mucho observar la cantidad de personas, alumnos y antiguos alumnos de Tesalín que acudían al teatro, a ese espacio que les era bien conocido y al que sin duda estimaban desde pequeños.
Tesalín, el grupo de teatro nacido en el ambiente salesiano del colegio San Vicente Ferrer, es un referente cultural como cantera de futuros artistas.
Algunas veces cuesta convencer a más de uno de que la labor realizada huye de protagonismos. A todos nos gusta que reconozcan nuestros valores y logros, pero no es éste el objetivo que se persigue.
El reconocimiento más valioso siempre viene de donde tiene que venir, de los propios niños y jóvenes y de sus familias, sin olvidar a entidades y colectivos externos que confían en este grupo teatral y en su dimensión social y cultural.
Tesalín es algo más que una actividad escolar. El paso de los años ha permitido crear un grupo sólido y agradecido.
Vivencias y recuerdos, los proyectos realizados y las relaciones entre sus componentes hacen de Tesalín una experiencia inolvidable.
Sería gratificante encontrar el día de mañana, al igual que hoy, a estas personas accediendo a la Mostra o fuera de ella, disfrutando en definitiva del espectáculo teatral, o sólo compartiendo el teatro como tema de conversación. A veces no hace falta pedir más.
Gracias a todos los que confían en nosotros y nos acompañan en el trabajo diario. Seguiremos haciendo teatro ilusionando a los más pequeños y haciendo realidad los proyectos de los jóvenes.
Así será, y… por supuesto, siempre gracias.
Presidente de Tesalín