Sentirse otra vez ciclista

Después de un 2016 pletórico, refrendado con el décimo puesto en el Campeonato de España júnior, se auguraba un 2017 ilusionante en la carrera de Jorge Pastor tras su fichaje por la Fundación Alberto Contador. El ciclista alcoyano estaba ante el mejor escenario posible para ver hecho realidad el sueño de ser profesional en uno de los proyectos más ambiciosos del ciclismo español actual apadrinado por uno de los mayores talentos que ha dado este deporte.

Sus primeros pasos con el nuevo malliot no presagiaban lo que luego iba a suceder. Hizo sexto en una carrera en País Vasco y quinto en otra celebrada en Cantabria. Dos buenos resultados para una temporada que estaba transcurriendo tal y como se había programado para subir el nivel a partir de mayo donde comenzaba la hora de la verdad con la llegada de las vueltas por etapas, su especialidad al ser un corredor con motor para los esfuerzos prolongados.

Su calvario comenzó tras volver de su debut internacional en Francia. Había sufrido tres caídas pero las sensaciones encima de la bici no eran las mejores. “Vine mosqueado”, reconoce el alcoyano, de 21 años, que cumple su cuarto año en la categoría sub’23, el penúltimo antes de ser élite.

Los meses de junio y julio fueron un calvario. Llegó a desesperarse porque terminaba las carreras vacío y descolgado en el pelotón. “Sufría mucho y estaba volviendo loco al equipo porque no encontraban las razones de mi bajo rendimiento. Cada carrera era como darme contra la pared. Empezaba a estar desesperado. Era un año muy importante para mí y las expectativas estaban altas tras mi buen en 2016”

Hasta que en agosto decidió abandonar Vitoria donde residía en un piso junto a otros compañeros de equipo y se vino a casa para tratar de encontrar alguna explicación a lo que le estaba sucediendo. “Hablé con mi médico y le dije que me hiciera todo tipo de pruebas. En una de ellas me descubrieron que tenía el virus de la mononucleosis, más conocida como la enfermedad del beso. Muchas personas la han sufrido sin saberlo porque para una persona que no es deportista ni lo nota. En cambio yo terminaba las carreras agotado, sin fuerzas. El médico me dijo que igual podía llevar de tres a cuatro meses arrastrando el virus en mi cuerpo”.

El diagnóstico fue una liberación para Jorge Pastor. El equipo le mando parar dos meses hasta que otra prueba celebrada recientemente ha dado como resultado que su organismo cuenta con anticuerpos negativos y que la enfermedad es historia. “Me siento aliviado y feliz. Estoy con unas ganas tremendas de volver a subirme otra vez a la bici y competir de nuevo”.

A ESTADOS UNIDOS

Tendrá que esperar hasta finales de febrero o principios de marzo, aunque este martes se incorporará a la expedición del equipo que tomará un vuelo con destino a Estados Unidos donde participará durante una semana en un training camp en Tucson (Arizona), sede de Polartec, uno de los patrocinadores principales de la Fundación. El alcoyano sabe que está ante una oportunidad única para hacer realidad su sueño de ser ciclista profesional. “Estoy en el mejor escaparate posible y ahora dependerá de mí si estoy a la altura”.

Cuatro compañeros suyos en el equipo sub’23 han dado esta temporada el salto al equipo Continental. Jorge Pastor espera estar entre los elegidos para 2018. “Es un proyecto muy ilusionante liderado por alguien tan especial como es Alberto Contador. Espero devolver esa confianza renovando mi contrato para otro año”.

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