¿Se puede entrenar la calma?

Vanesa Carbonell, educadora/entrenadora canina y estudiante de último curso del Grado de Psicología

Entrenar la calma en los perros no es solo algo sencillo, sino necesario. Un perro sobrecargado de estrés o sobreexcitado, será un perro por lo general más reactivo y con menor capacidad de aprendizaje.

Muchos propietarios cometen el error de realizar actividades muy excitantes con los perros durante los paseos, con la intención de “cansarlos”, la mayoría de veces jugando a tirar la pelota de forma compulsiva, que realmente lo único que genera es más resistencia física en el perro y un animal sobreexcitado.

En los cursos del cachorro de nuestra escuela, hago mucho hincapié en que no sobreexciten a los perros; de hecho, un cachorro ya es suficientemente nervioso como para que nosotros le sumemos más estrés a las situaciones en las que interactuamos. Un cachorro al que se le ha condicionado la sobreexcitación a la hora de interactuar con personas, será un perro adulto al que le cueste tener autocontrol, tendrá más predisposición a ser ladrador, a reaccionar de forma agresiva a estímulos que le generen temor, etc.

Os dejo algunos consejos sencillos para entrenar la calma con vuestros perros:

1. No abusar de las actividades “de caza”

Las actividades en las que se juega a cazar son cualquiera en la que haya un estímulo en movimiento que el perro debe coger, como jugar a la pelota, con un frisbee, etc. Este tipo de actividades se pueden realizar, pero siempre bajo control y en períodos cortos de tiempo. Si abusamos de este tipo de juegos, conseguiremos un perro obsesionado con el juguete, y muy sobreexcitado. En perros que ya tienen muy condicionado el paseo a este tipo de juegos, lo conveniente sería eliminarlos durante un tiempo hasta que podamos enseñarle a permanecer tranquilo y realizar otro tipo de actividades, como por ejemplo, olisquear.

2. Acariciar de forma correcta

Y éste es un error que la mayoría de gente comete. Cuando vamos a acariciar a un perro lo hacemos de forma demasiado excitante, nerviosa y estresante. Personalmente, solo acaricio a los perros cuando ellos me lo piden; además, cuando lo hago, es siempre en la zona del pecho o la parte trasera del lomo – los lugares donde más les gusta ser acariciados – y siempre de forma muy tranquila y relajante.

3. Dosificar las situaciones que nuestro perro no sepa gestionar
Si nuestro perro es un poco temeroso en los paseos, ya sea por el tráfico, la cantidad de gente u otros perros, deberemos buscar opciones para el paseo que le sean relajantes; como por ejemplo, el campo. Dosificaremos las situaciones en las que sufre estrés, como puede ser la calle. Podemos ir entrenándole que aprenda a tolerarlas, pero siempre con tiempos muy cortos al principio, y aumentando gradualmente el tiempo y la dificultad.

4. Los perros necesitan “un trabajo”

Un trabajo no desde el punto de vista humano, sino algo que hacer. Muchas veces, los perros no son capaces de alcanzar la calma simplemente porque están aburridos. Darle algo que hacer mejorará notablemente su salud mental.

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