Se buscan viajeros del bus
El autobús urbano ha perdido en un mes 16.194 viajeros. Tranquilos, que realmente perdidos no están. Deben de ir por ahí, a pie, que es más saludable; en coche, que no es bue-no ni para la salud –la económica– ni para el medio ambiente. O quién sabe, si esos 16.194 viajeros han decidido quedarse en casa, que se está más calentito.
De haberse perdido realmente, estábamos apañados si tenía que encontrarlos la Policía Local. Que el cuerpo, ahora mismo, con el lío interno que tiene montado a cuenta del reparto de poder en el que andan metidos los sindicatos y los jefes, bastante tiene. Y encima tampoco es que estén ayudando demasiado desde Plaza España 1, los de antes por haberse pasado el tiempo mirando al cielo a ver si pasaba algún buitre del Canyet, como hace Àlvar Seguí. Y los otros, los de ahora, por resolver el problema creando otro. Vamos, con el mismo tacto que un elefante entra en una cacharrería. Pero, perdón, ese no era el tema del que había empezado a escribir, que en este asunto vale la pena no profundizar porque de lo contrario, mañana sale a la palestra el sindicalista de guardia y te culpa de la mala imagen que se está proyectando de la Policía desde los medios de comunicación. Ya saben, aquello de que la culpa siempre la tiene el mensajero.
El asunto, vuelvo al tema, es que con la remodelación del servicio de autobús, un puñado de usuarios han dejado de utilizar el transporte público. Y claro, en el gobierno municipal se preguntan qué pueden hacer para cambiar esa tendencia y en la oposición se frotan las manos a costa de un nuevo frente en el bipartito. La oposición se ha subido al carro, que no al autobús, que ya podría para ayudar un poco. Pero no. Abad, el portavoz de Compromís, en plan clarividente dice que la cosa irá a peor, porque la empresa cuanto menos viajeros, más va a cobrar el Ayuntamiento. Y el PP, con Fernando Pastor con el disfraz de progresista –estamos en días de Carnaval– ha denunciado que lo del autobús no es un ahorro de 700.000 euros, “es un recorte”. Toma castaña. Recorte o ahorro, con 700.000 euros menos para el servicio y una reducción del 20% de líneas, frecuencias y vehículos, no perder viajeros hubiese sido un milagro. ¿Qué queremos ahora?