Rita la Bárbara

Rita Barberá está a un paso de entrar en mi lista de gente superior, de líderes intrépidos, valientes, comprometidos y con los que estoy de acuerdo en todo.

En esa lista mía particular figuran nombres como: Vladimir Putin, Kim Jong Un y ya está. Pues Rita está a puntito de entrar en esa selecta lista de personas que cuando dicen algo yo lo corroboro y apoyo.
¿Qué puede hacer entrar en esta “selecta” lista a Rita? Algunos pensaréis que es por sus “cagadas”, pero no. Bueno, en cierta forma sí pero no exactamente. Lo que me fascina de este ser (me niego a llamarle mujer porque Rita está por encima de la clasificación por sexos) es el cuándo “cagarla”. Que Rita viene teniendo “cagadas” una detrás de otras no es nada nuevo, no es de ahora, lleva haciéndolo desde el inicio de los tiempos, allá por el cretácico. El caso es que a pesar de ello siempre había tenido buen juicio a la hora de no meterse en jaleos.

Cuando estalló el caso Camps (ains que tiempos…) inmediatamente Mariano Rajoy llamó a la alcaldesa para pedirle que se encargara ella de ser la presidenta de la Generalitat, en sustitución de Francisco. ¿Cuál fue su respuesta? Nanai na la China (que decía Cañita Brava). Rita pensó que ella estaba muy bien donde está y qué necesidad tenía de complicarse con otros jaleos para lo que le quedaba. Me parece una reacción lógica, no quererse meter en follones es sabio, ahora me pregunto: ¿Qué necesidad tiene ahora de hacerlo?
Que una mala tarde la tiene cualquiera está claro, pero lo de Rita ya son muchas tardes malas una detrás de otra y que se han acrecentado estas últimas semanas.

Desde el ya famoso “Caloret” (por cierto, nombre que ya se ha apropiado el PP valenciano para intentar darle la vuelta a la tortilla y caer simpáticos) hasta el burlarse de la asociación de víctimas por el accidente de metro desde el balcón del ayuntamiento (juro que vi las imágenes y no me lo podía creer).

¿Qué necesidad tiene de montar el pollo? Ya no es una cuestión política, no es cuestión de ser de izquierdas o de derechas, es cuestión de, una persona que ya lo tiene todo hecho, que se puede ir por la puerta grande como gran imbatida, ¿Por qué cagarla al final de todo cuando siempre se ha huido de eso?

Rita, un ser que fue nombrado “musa del humor” en 1973, una persona cercana. Tan cercana que hasta le “rompieron” el brazo saludando a la gente en un mitin. Alguien capaz de salirse del guión, de caminar por un mercadillo haciendo campaña electoral y enfrentarse cara a cara con un chavalete de unos veintipocos años que la increpaba y amenazarlo con el dedo en su cara diciéndole: “A la cárcel vas a ir tu”. Una campeona que aprovechando las fiestas se dedica a tirarle petardos a su principal opositora. En definitiva, un ser que está a una simple “cagada” de entrar en mi lista.

No me gustaría despedirme sin pedir que por favor acabemos ya con el chiste del Beefeater. Ya está bien, Rita no bebe Beefeater, quizás en alguna ocasión, pero no porque le guste. Rita bebe Bombay Shapphire que es más caro y tiene mejor sabor.

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