Resiliencia & Procrastinar
Sí, a Procrastinar y Resiliencia son de esas palabras que se ponen de moda y que algunos desconocen su significado pero que pronunciarlas en una conversación nos hacen más cultos e interesantes. La primera significa aplazar. Vamos, lo que toda la vida viene siendo “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Es una palabra que utilizan mucho los coach personales en sus clases de gestión de tiempo.
Donde se utiliza menos, pero se practica más, es en política. Sobre todo, en los primeros años de la legislatura. En esos tres años siempre se van dejando las cosas para mañana porque bien, no es el momento o no se dispone de los medios suficientes para llevar a cabo los trabajos. Cuando llega el año de elecciones, por arte de magia, la providencia o llamase como quiera, es el momento y se tienen los recursos necesarios para realizar los proyectos.
La Resiliencia es la capacidad humana de afrontar las adversidades y poder salir fortalecido de ellas. Vamos, lo que toda la vida viene siendo “Si te caes vuélvete a levantar”.
Resiliencia es una aptitud que parece no disponer el consistorio municipal. Se ha estado procrastinando sobre mejoras necesarias en la ciudad para el bienestar social. Mejoras que de haberse realizado en el pasado no se hubiese llegado a la situación actual de la ciudad.
La falta de Resiliencia o el exceso de Procrastinación han hecho que para poder moverse por la ciudad se necesite planificar la ruta con antelación. Porque el acceso a ciertos lugares está cortado por obras y las rutas alternativas son confusas, sobre todo, para los turistas.
La carencia de Resiliencia o la demasía de Procrastinación parece ser que nos ha devuelto al medievo donde se lanzaban las aguas fecales por la ventana y los roedores campaban a sus anchas por las calles.
El déficit de Resiliencia o superávit de Procrastinación llega hasta tal extremo que se va a incluir en el PGOU el desarrollo de un carril bici en vez de rehabilitar el centro. Donde las lluvias de los últimos días han hecho saltar nuevamente las alarmas de peligro por derrumbe.
Es tan pobre la Resiliencia o tan rica la Proscrastinación, que se pide la dimisión por contar un chiste machista malo y no para depurar responsabilidades políticas.
La escasez de Resiliencia o la abundancia de Procrastinación llega hasta tal magnitud que sólo interesa jactarse en las redes sociales de los trabajos realizados “Para Ser Otro Éxito” obtenido. Mientras los “Ciudadanos” seguimos pagando los tiestos rotos de un “Partido” que se hizo “Popular” por su mala praxis y vemos como lo único importante es “Guanyar” sin alcanzar un “Compromís” firme para apartar a la ciudad de la situación decadente en la que está sumergida.
Más Resiliencia y menos Procrastinar.