Réplica a Aroa Mira sobre el aborto. FRANCISCO COUÑAGO TRENAS
Dice la Concejala Aroa Mira que la retirada de la reforma de la Ley del
Aborto por el Partido Popular, es sin duda una de las mejores noticias que
como ciudadana y mujer ha recibido en los últimos tiempos. Que con esa Ley España daba un paso atrás y se retrocedía en derechos y libertades más de 40 años. Que mantener en todos su términos la Ley de Bibiana Aído que Zapatero impulsó en el 2010 y que significaba que es inadmisible privar de la libertad de decidir sobre su propio cuerpo a las mujeres, es un soplo de aire fresco para que España siga siendo el País en el que la libertad y el bienestar, impera por encima de todas las cosas. Acaba su carta diciendo que es una Ley injusta basada en creencias de índole religioso y no de calado social.
Pues bien; yo como Católico, sí que tengo alguna aclaración que hacerle
a la Sra. Aroa Mira. Allá por el año 1700 antes de Jesucristo, o sea
mucho antes de que apareciese el Cristianismo, el aborto ya estaba
castigado y prohibido en el Código de Hammurabi, por lo que las sociedades tendían a proteger la vida de los no nacidos, como un bien en sí mismo; lo que significa que la vida es algo sagrado.
La ciencia ha demostrado fehacientemente que desde el mismo momento de la concepción, el niño en gestación está dotado de una carga genética
propia, diferente a la de la mujer que lo alberga en su seno, lo que
equivale a decir que no forma parte de su cuerpo ni puede ser despojado de sus derechos en beneficio de los de ella y que por lo tanto nadie es dueño de la vida ajena.
Un aborto es la liquidación de un ser humano vivo. Un aborto no es una
intervención quirúrgica que afecte únicamente al cuerpo de la mujer. No
es un ejercicio de libertad que competa exclusivamente a la mujer. No es un método anticonceptivo más, homologable a cualquier otro, por mucho que lo repitan. Es un acto de violencia extrema sobre una criatura indefensa que es barrida del vientre en el que se cobija y sobre una madre empujada a matar a su propio hijo.
Por eso con la actual Ley del Aborto, bajo el disfraz del feminismo, la
mujer pasa a ser ciudadana de segunda, ya que las abandona ante un embarazo no deseado, convirtiéndolas en únicas responsables de esa situación y liberando al padre y a la sociedad de cualquier obligación al respecto.
Una solución final barata, sencilla y resolutiva, sin más daño colateral
que las secuelas psicológicas y morales derivadas de semejante violencia.
Y como su partido, tiene a gala su progresismo, debería decir la
verdad, invertir en educación sexual basada en conocimiento y
responsabilidad; habilitar ayudas para las madres que las necesiten,
agilizar procedimientos de adopción y apostar por la vida. La muerte, no
puede ser un derecho.
Y como no puedo olvidarme de mi condición de afiliado al PP., no dejo de
pensar en los motivos tan espurios que les han llevado a traicionar a
muchos de sus votantes y espero que en otra ocasión lleven al Congreso una Ley del Aborto, mucho mejor que la actual y que la Ley Orgánica 9/85 de Felipe González , sobre todo en el tercer supuesto que es un coladero con eso del Peligro Psicológico y/o Físico para la Madre.