Que la suerte te acompañe

Han sido, seguramente, los 89 días más convulsos en la historia de la Assocació de Sant Jordi. Bueno de la historia más reciente, que ‘fregaos’ los ha habido siempre. El sábado, 39 de los 52 votos emitidos, le dieron la presidencia del Casal a Carlos Aracil, y pusieron punto final no a una crisis cualquiera, sino a la crisis con mayúsculas, a la madre de todas las crisis. Esa que se desató en la institución festera por antonomasia tras la dimisión de Rafael Tortosa, su vicepresidente segundo, dos vocales y un par de mayorales. Faltó que dimitieran los Heraldos.

Carlos Aracil obtuvo el sábado un amplio respaldo. El 75% de los votos. Y eso resulta importante en un momento tan delicado. Del fester de la Llana, alférez moro 2013 y director del Hospital hay que valorar la valentía que ha tenido para aceptar el reto de presidir una entidad en la que, en los últimos tiempos, han primado los enfrentamientos y disputas internas por el poder. Para acceder a un puesto de dicha responsabilidad, en la actual situación y someterse al análisis, crítica y exposición pública que conlleva en estos momentos la presidencia del Casal, hay que tenernos cuadrados.

Su desafío y el de su junta, no es otro que hacer que su gestión devuelva la calma a una institución con demasiados frentes abiertos y heridas por restañar. El calendario festero, la incorporación de la mujer a la festa con plenos derechos, la reforma de los estatutos… son brechas que se han abierto en la festa, que han ocasionado ya demasiadas víctimas y generado un clima de tensión y enfrentamiento que para nada beneficia a uno de los patrimonios más importantes que tiene Alcoy: la festa.

Aracil sabe que su mandato no va a ser fácil y que cualquiera de sus movimientos y decisiones van a ser analizados con lupa. El Ayuntamiento, a través del concejal de fiestas, le ha recordado que la reforma de los estatutos que se le exige a la nueva junta directiva no puede discriminar a la mujer, tiene que adaptarse a la ley de sociedades y todas esas cosas que se vienen demandando desde distintos sectores de la sociedad. El flamante president lo sabe y como señala en las páginas de El Nostre, “la reforma de los estatutos no puede ser un parche”. Pues eso, que las fuerzas y Sant Jordi te acompañen.

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