¿Proyecto frustrado? EDGAR AMEGLIO. Masía La Mota

Intentando continuar con un proyecto iniciado ya hace un año y deseando continuar plantando nuevos olivos de una especie autóctona idónea para nuestros terrenos en bancales que toda la vida se han dedicado al cultivo pero que, por razones ajenas a mi voluntad, al no haber podido iniciar la explotación agrícola de la finca desde que la compramos, poco a poco los bancales han venido siendo invadidos por pinos y otras especies indeseables. Es una invasión esparcida a baja densidad, descontrolada y fea, que anticipa problemas a mediano y largo plazo puesto que forma un lindero perniciozo a nuestro bosque pinar que le queda aledaño, dejándolo aún mas expuesto a la posibilidad de incendio y otras calamidades.

No obstante, el día de hoy, 10 de septiembre de 2015, las autoridades correspondientes me han comunicado que ya NO puedo plantar mis olivos por la presencia de estos pinos nacidos al azar y creciendo en desorden en mis valiosos bancales, negándome de este momento en adelante la potestad de aprovechar mi terreno productivamente en ese sector de hoy en adelante. Esto NO lo logro entender.

Me aconsejan buscar una dudosa solución presentando un documento elaborado por un técnico especialista para que sustente un alegato por medio de un procedimiento burocrático para que se reconsidere la posibilidad de volver a permitirme continuar con la explotación de mis bancales, permitiéndome eliminar los pinos mal nacidos.

A mis 75 años, aún cuento con energías, paciencia y optimismo para intentar superar otro obstáculo más en el desarrollo de Masia La Mota, pero ya a mi edad empiezan a fatigarme diálogos estériles intentando convencer a funcionarios que tienes la razón y además por considerar arbitrarias las imposiciones como ésta que solo sirven para indisponerlo a uno, contrariar el progreso y los deseos de trabajar de buena voluntad y generar empleo que tanto necesita no solo todo Alcoy sino también toda la fuerza laboral desempleada en España.

Lo que yo intento hacer no es contrario a mis propios principios sobre la conservación del medio ambiente que comparto con conservacionistas de Alcoy como de otras latitudes a nivel mundial. Pero si me es muy difícil entender por qué tengo ahora que perder tiempo vital para mi y para mi proyecto arriesgando perder la oportunidad de sembrar los olivos este año y gastar más de lo necesario tramitando una autorización que debería ser aprobada automáticamente una vez llevada a cabo una enjundiosa inspección visual in situ de la situación que me apremia iniciar. No es un tema complicado, por qué convertirlo en un dilema?

Hotel con encanto Masia La Mota, nuestro proyecto en la Font Roja de Alcoy no es una mina de oro, nunca pensamos que lo iba ser ni habrá de serlo, ha sido y es simplemente un suceso extraño especialmente emocionante para mi Señora Indira y yo quienes hemos hecho una apuesta en la Font Roja donde nuestra inversión en trabajo, tiempo, imaginación, dedicación, creatividad y recursos ha sido realmente costosa. La satisfacción de llevarla hasta este punto nos ha servido para desear continuar y es cierto que hemos logrado crear una imagen muy positiva que nos ha llevado a alcanzar algunos de nuestros objetivos.

Pero pese a ello, cada vez que nos topamos con este tipo de contradicción absurda de parte de las autoridades nos hiere, desasosiega y desanima grandemente al punto que a veces nos preguntamos si no fuera mejor dejar las cosas como están y permitir que el monte y los matorrales se apoderen de todo; pero me cuesta aceptar que nuestras autoridades sean tan indiferentes a querer entender nuestra necesidad de proceder y de arrancar cuanto antes con esta etapa de nuestro preciado proyecto y aprovechar también el beneficio colateral que le contribuiría nuestro proyecto a toda la zona aledaña a la protección adicional contra incendio.

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