Preocupa mucho lo deportivo… y lo económico

El año que acabamos de estrenar no solo será especial por cumplirse los 90 años desde que unos adelantados a su tiempo iban a poner en marcha un proyecto que se convertiría en todo un referente social a nivel local, sino que van a ser meses de intenso trabajo no solo en el terreno de juego sino especialmente en los despachos donde el Deportivo del futuro se estará jugando mucho.

El Alcoyano actual anda muy lejos de aquel equipo que hasta no hace mucho vivía de rentas de los beneficios de su efímero paso por el fútbol profesional, el dinero fresco del Real Madrid por el traspaso de Lucas Torró o las suculentas taquillas que dejaban sus buenas campañas en la Copa.

Son ya dos campañas seguidas en las que el equipo ha caído a las primeras de cambio en una competición con la cual se identifica mucho la afición blanquiazul.

En la primera plantilla no hay ni rastro de canteranos, se deshizo el filial para aligerar gastos y el Juvenil de Nacional mira más hacia abajo que hacía arriba tras algún que otro desencuentro con fugas de jugadores con la competición en marcha.

El fallecimiento de Lionel Grau fue otro duro golpe para las arcas blanquiazules, no solo por las aportaciones que realizaba en momentos puntuales para tapar algún agujero, sino por la facilidad que tenía a la hora de aglutinar y convencer a otros industriales locales o de la zona para involucrarse y apoyar al Deportivo.

El círculo de donaciones anónimas se ha reducido desde entonces al máximo –salvo alguna excepción de forma puntual y sin la generosidad de antaño– y el club camina en estos momentos hacia un callejón sin salida, puesto que el otro recurso importante que tiene para aliviar sus arcas como es la venta de carnets y las recaudaciones en los partidos, está en unos mínimos históricos que tienen muy preocupados a la cúpula del club.

La necesidad de atraer nuevos inversores al Deportivo sin perder el control de la entidad y que su gestión siguiera en manos de Juan Serrano –cumple su novena temporada en el cargo–, abrió las puertas a la llegada hace algo más de un año de Miguel Hita, reconocido representante de futbolistas.

El empresario ilicitano tiene el mismo capital que los accionistas mayoritarios del club, si bien al estar en minoría su opinión no es la última actualmente. Eso sí, como contraprestación su palabra cuenta mucho últimamente en la llegada de nuevos jugadores y de técnicos al equipo.

La prueba fue que nada más acabar el derbi contra el Ontinyent, se reunió la comisión deportiva del club –Juan Serrano, Fernando Ovidio y Carlos Sempere– para abordar el futuro de Galiana y en ella estuvo Miguel Hita.

El actual técnico es un entrenador afín a los negocios del empresario ilicitano. Habrá que ver qué ocurre si el Alcoyano no levanta el vuelto en estos dos o tres primeros partidos del año, si sigue prevaleciendo la opinión de Juan Serrano como ocurrió en las llegadas de Seligrat y Aparicio o se trae a un técnico de la cuerda de Hita.

VICENTE MIR, EL ELEGIDO

Lo que está más claro son las preferencias para el técnico de la próxima temporada. El elegido es Vicente Mir, entrenador de Hita, que ya estuvo cerca de aterrizar este curso pero prevalecieron más los suculentos contratos y posibles comisiones que podían pagar Murcia y Elche, decantándose finalmente por el segundo, que lo acabó cesando en noviembre pasado.

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