Precauciones a tener en cuenta para vivir estas Fiestas junto a nuestro perro
DANIEL PÉREZ, educador y adiestrador canino.
¡Ya llega Fin de Año! Último día del 2015, jornada especial donde las haya, es el momento de hacer balance y marcar nuestros propósitos para el año que entra. Y por supuesto, es la noche por excelencia de las cenas multitudinarias con nuestras familias y amigos, así que no pueden faltar nuestras mascotas. Vamos a ver algunas consideraciones que debemos tener en cuenta para que el fin de año sea igual de bueno para nosotros que para los animales que viven en casa.
En primer lugar, vamos a partir de la teoría de que nuestro perro es perfectamente sociable con personas adultas y niños. En caso de no será así, sería más conveniente que dejáramos a nuestro perro en casa de algún familiar o un hotel canino donde pueda estar tranquilo y no someterlo al trauma de tener que soportar una multitud de personas y agitación en casa. Especialmente hay que tener en cuenta a los niños que pueda haber en nuestra cena y a los que no esté acostumbrado el perro, ya que los niños son muy imprevisibles y siempre existe la posibilidad de tener algún percance.
En segundo lugar, es muy importante el momento de la cena, ya que muchos perros están acostumbrados a pedir comida de persona en persona a ver si le cae algo, vamos, básicamente lo que suelen hacer en su día a día pero con más gente a la que pedir (una mala costumbre que habría que corregir). Si esto es normal en nuestro perro, sería conveniente que lo guardáramos mientras esté la cena en marcha y hasta que se retiren los alimentos, por varios motivos: evidentemente una de las razones es que hay personas a las que les puede molestar que el perro les esté pidiendo comida, es importante el respeto a nuestros invitados; además, está el problema de la alimentación: mucha gente dando de comer pequeñas recompensas al perro podría producir problemas estomacales en nuestro animal.
También hay que tener en cuenta que hay muchos alimentos que son tóxicos para los perros, como por ejemplo la cebolla, el chocolate o las uvas, todos ellos presentes en la mayoría de las cenas de Fin de Año. Lógicamente cada uno es tóxico en diversas cantidades, pero aun así una pequeña porción podría producirle problemas digestivos de consideración.
Otro de los problemas que nos podríamos encontrar es el caso de la pirotecnia, petardos o fuegos artificiales. Es recomendable exponerlo lo menos posible a estos sonidos que les producen tanto malestar, pero en caso de que oigan alguno que le produzca miedo, lo más aconsejable sería dejar que ellos mismos se tranquilicen, que se pongan donde consideren estar más seguros y esperar a que se calmen. Una vez finalizados los fuegos artificiales y ya calmado podemos recompensarle con una chuche y unas caricias para que vean que no hay ningún problema, pero en ningún caso es recomendable forzarlos a estar con nosotros ni consolarlos, ya que podría asociarse de forma negativa y fomentar el miedo.
Y por último y más importante, disfrutar de este día tan importante con nuestra mascota, que al fin y al cabo es un miembro más de la familia y se merece como el que más empezar un nuevo año feliz con los suyos. Así que… ¡que tengáis un feliz comienzo de año con vuestra mascota!