Políticos sin vocación

Hace unos días la prensa española reflejaba en sus página el apenado titular: por primera vez baja nuestra esperanza de vida.
Claro! Cuándo tu lees una información como está pues te alarmas, reflexionas como muchos unos 5 minutos, piensas que hoy vas a vivir el día como si fuera el último, pero en cuanto haces zapping y te introduces en la nicotina de la televisión, sales a tomar unas cañas, escuchas la canción que te motiva, te vas de compras con tus amigas (si es que puedes), blablabla, blablabla, se te olvida de que el mando a distancia, es decir el control remoto, que crees tener en tus manos y no lo tienes ni de aquí a Lima, nos está matando. Así es, quiénes nos controlan hacen lo que quieren con nosotros. Que subimos los impuestos a cualquier costa, que les den, que paguen los ciudadanos la crisis. Que ahora nos interesa que haya menos jubilados para no pagar tantas pensiones, pues que tomen menos medicamentos y que antes de la hora, descansen en paz.

Y digo yo, dónde están los mandos a distancia con vocación. Dónde están los denominados políticos que se pongan un traje, pero que debajo de éste guarden un sentimiento político para hacer el bien por su comunidad. De verdad, alguien los ha visto. Yo todavía tengo la esperanza de que aparezcan, nazcan y se hagan políticos aquellos que realmente sienten la política. Tengo la esperanza de que la empresa fumigadora, los ciudadanos, extermine a los aprovechados que nos están chupando hasta el último aliento. Tengo la esperanza de que surgirá algún día un partido que no sea ni azul ni rojo y tengamos la posibilidad de otra alternativa que no sea pinocho.
Quedan pocos meses para que suenen los villancicos, toquemos la zambomba y demos la bienvenida al año nuevo. Un año en el que los catalanes decidirán si o no a la independencia, un año en el que la oposición se seguirá rascando, un año en el que Mariano Rajoy anunciará que baja los impuestos.

Todo está muy bien pensado y meditado para que el gobierno central alardeede que está cumpliendocon su promesa electoral y anuncie al son del bombo y platillo que la economía española se está recuperando, mientras la pobreza se engrandece, nuestros abuelos se medican con el copago, y encima se lleven los aplausos. El partido de los populares se crecerá poco a poco, incluso Rajoy nos deleitará con una vuelta de David Bisbal y conseguirán volver a salir al balcón de Génova para celebrar el triunfo de unas elecciones (en el 2015) que les mantendrá en la batuta durante cuatro años más.La esperanza de vida habrá caído, pero la esperanza por el cambio en nuestro país sigue en pie y aumentando.

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