Pepe Aroca cumple veinte años en los banquillos con récord de partidos

Hace unos días, una web de estadísticas publicaba una clasificación perfectamente detallada –con partidos disputados, victorias, empates, derrotas y puntos obtenidos– de los cien entrenadores con más partidos en el grupo VI de la Tercera División en la última década. En el tercer peldaño del podio aparece Pepe Aroca con 209 partidos –logró ganar 90, empató 60 y perdió 59–, solo superado por Frank Castelló, actual técnico del Castellón, y Dani Ponz, que dirige al Alzira.

Pero lo que no dice esa estadística es que el estreno de Pepe Aroca en la categoría habría que situarlo una década antes, en la temporada 96/97. La historia del técnico alcoyano que actualmente busca equipo después de tres campañas en el Muro CF, hay que situarla justo una campaña antes, en el banquillo del Alcoyano, que ese curso perdió la categoría tras catorce temporadas ininterrumpidas en Segunda B.
Su aterrizaje en el Collao fue de lo más rocambolesco. Había hecho buenas campañas en el Juvenil y Alcoyano B y decidió abandonar el cobijo de la cantera blanquiazul para hacer su propio camino y aceptó la dirección del Bocairent, que por entonces estaba en Preferente, llevándose en esta aventura a varios jugadores del filial.

El Alcoyano esa temporada –95/96–había encomendado su banquillo a Luiche, un técnico por aquel entonces con nombre tras haber logrado ascender con el Castellón a Primera División, pero el equipo no arranca bien y es cesado.

Aroca es el elegido para coger el timón pero tras un 0-3 contra el Acero en la Copa Generalitat y un 4-1 ante el Barça C, la directiva presidida por Didí decide readmitir a Luiche, cesado una semana antes, y Aroca pasa a ser segundo. Sin embargo, Didí acaba dimitiendo y la primera decisión de la Junta Gestora es destituir a Luiche y nombrar a Pepe Aroca como entrenador.

El Alcoyano llega con opciones de salvarse a la última jornada, gana a L’Hospitalet en el Collao pero el Sabadell derrota al Espanyol B y por un punto desciende a Tercera junto a Ontinyent, Barça C y Endesa Andorra.

Aroca sigue como técnico blanquiazul y bajo su dirección el Deportivo firma una temporada fantástica en Tercera, sumando 90 puntos en 40 jornadas, ganando 26 partidos y cediendo solo dos derrotas, pero el equipo fracasa en el play-off de ascenso tras una dolorosa derrota 5-2 en casa del Lorca.

Aroca deja el Alcoyano y ficha por el Ontinyent. En El Clariano está una temporada y en la 98/99 asume el reto de llevar al Novelda a Segunda B. En La Magdalena vive su primer cese con el equipo en segunda posición. Al curso siguiente se marcha al grupo murciano para dirigir al Relesa Las Palas.

Fue en la temporada 03/04 cuando consigue quitarse la espina de la decepción que supuso quedarse con la miel en los labios en aquella temporada de los récords con Boli y compañía, logrando ascender con el Alcoyano a Segunda B.

Pepe Aroca es el técnico elegido para asumir el banquillo blanquiazul en sustitución de Roberto Granero. Se gana el derecho a seguir en el banquillo pero los resultados no terminan de acompañar y toma su relevo Benigno Sánchez. La temporada siguiente inicia una de las etapas que mejores recuerdos le traen como técnico. Fue en el Dénia. Estuvo tres campañas, en la segunda de ella le llevó a Segunda B.

Después ha pasado por los banquillos de Jove Español, Alzira donde fue cesado siendo el equipo líder –ese temporada los del Luis Suñer logran regresar a Segunda B tras acabar terceros la liga regular– y las tres últimas campañas entrenó en La Llometa al Muro CF.

“Mi equipo es el Alcoyano”, recuerda Pepe Aroca, “pero en Dénia y Muro han sido los dos equipos donde más a gusto he trabajado. En Dénia llegué y el equipo acababa de salvarse de bajar a Preferente. Disputamos dos play-offs y logramos un ascenso. En Muro terminamos un año quinto empatados a puntos con el cuarto y el tercero, no clasificándonos por diferencia de goles”.

Llega al Alcoyano el año del descenso

Si algo no ha asustado a Pepe Aroca a lo largo de su carrera como entrenador han sido los retos complicados. Un buen termómetro fue su estreno como técnico blanquiazul. Asumió la dirección de un Alcoyano que naufragaba en la decimoséptima posición de la tabla. Debutó un 8 de noviembre de 1995 en un partido de Copa Generalitat –0-3 ante el Acero–, pero su bautismo en la liga fue cuatro días después en casa del Barça C, que aquel día goleó al Deportivo por 4-1.

Esa semana Didí, entonces presidente, anuncia la convocatoria de una asamblea general y la readmisión de Luiche. El técnico de Villena exigió cobrar la totalidad de su contrato de esa temporada y Pepe Aroca pasó a ser su segundo. El 21 de enero, Didí presenta la dimisión tras seis meses en el cargo y la primera decisión de la Junta Gestora presidida por José Luis Laporta es cesar a Luiche, que abandonar el equipo un 23 de febrero. Acto seguido, Pepe Aroca fue nombrado nuevo entrenador. Debutó con un empate a uno en Sabadell.

Balance

A la hora de echar la vista atrás, el técnico alcoyano no duda en asegurar que “no me puedo quejar”, aunque reconoce que su carrera pudo ser otra si en un momento dado hubiera optado por priorizar ser entrenador a su trabajo al margen del fútbol.

“Para siempre me quedará esa duda. Tuve ofertas interesantes para dirigir fuera de la Comunidad pero preferí quedarme en casa y no mover a la familia a otra ciudad. Pude tener otra carrera pero no estoy descontento con lo que he conseguido. Miro atrás y creo que es para sentirse orgulloso. He tenido la oportunidad de entrenar a equipos importantes del fútbol valenciano y es con lo que me quedo”.

Reconoce que la actual Tercera División dista mucho de la competición que conoció en sus primeros años en la categoría. “Es una competición más triste que entonces. Hay menos dinero y también se ha ido mucho público de los campos. Salvo algunas excepciones que aún se paga bien, hay muchos jugadores que vienen de Segunda B o que llevan muchos en Tercera que prefieren jugar en Preferente porque se cobra más y encima están al lado de casa”.

Ahora busca equipo. Desde que comenzó la temporada ha tenido un par de propuestas de equipos de la zona de Valencia para volver al banquillo. Una de ellas la rechazó porque entrenaba por las mañanas. “Mi intención es seguir entrenando. Muchos piensan que soy más mayor, pero tengo 51 años, una edad idónea para seguir dando mucha guerra. Con 29 años debuté en Segunda B con el Alcoyano. Considerado que aún me queda cuerda para rato”.

Ha sido una carrera sin estridencias, aunque en algún momento dado tuvo argumentos para dejar a alguno en evidencia y quedarse a gusto. “He preferido ganarme al jugador a través de mi trabajo. No soy de llamar la atención a base de declaraciones fuertes. Otros tomaron ese camino y les ha ido bien. No va con mi carácter. Soy de los que piensa que tener un buen ambiente en el vestuario es un tanto por ciento ganado para pedir luego esfuerzos a los jugadores”.
En tantos años de carrera, son muchos los futbolistas que han estado bajo sus órdenes, algunos caras muy conocidas de nuestro fútbol, caso de Fran Escribá, hoy técnico del Villarreal, al que dirigió en su etapa en el Novelda.

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