Nunca llueve a gusto de todos. SALVA PÉREZ. Profesor de Educación Vial

Qué nunca llueve a gusto de todos es algo que está demostrado desde los albores de la creación. Si llueve poco se quejan unos y si llueve mucho se quejan otros. La cuestión es que nunca estamos a gusto con la lluvia que baña nuestras calles y campos.

Qué la ubicación del recinto para celebrar la fiesta universitaria de las paellas ha sido desacertada podría ser cuestionable. Pero utilizarla como arma arrojadiza contra el gobierno municipal es innoble y pérfido. En la política, al igual que en el amor y en la guerra, sabemos que todo vale. Sin embargo, no es nada ético aprovechar la situación para hacer campaña electoral. Y digo que no es ético porque los jóvenes se merecen un respeto y emplear su fiesta como beneficio político es una falta de consideración para con el futuro de la ciudad.

Qué el logo del nuevo centro para jóvenes se asemeja a la rosa de los socialistas es buscar los tres pies al gato. Es querer rascar unos votos sobre algo ínfimo cuando existen cosas más importantes de las que preocuparse. Pero a la oposición parece que lo único que le interesa es un punto sobre la jota; danza musical que bailaron, con castañuelas incluidas, al ver el dibujo. Dicho más técnicamente se llama “Escotoma”: la mente ve lo que quiere ver. Por tanto, dejen de ver dibujitos raros, no sean tan niños y estén a la altura de su posición política.

Qué el señor Sedano se marche para luego regresar es una realidad. Existe una frase que dice: “ A veces es mejor irse para luego regresar”. No recuerdo de quien es la frase pero la tengo en mi escritorio, a modo de advertencia, para los momentos de bloqueo en la escritura de mi nuevo libro o de algún artículo. Cuando esto me ocurre, dejo el bolígrafo y me marcho a pasear o simplemente a ver la televisión, consultar las redes sociales o leer. Esto es lo que tenía que haber hecho el señor Sedano. Cuando abandonó el partido y se convirtió en “no adscrito” era el momento de haberse marchado para regresar ahora con las pilas renovadas e ideas nuevas y frescas. Tal vez, la decisión ha sido acertada pero a destiempo.

Qué el señor Francés se ha dejado persuadir por sus socios de gobierno es otra realidad axiomática. Se ha deja persuadir tanto que en vez de involucrarse con los ciudadanos, han sido éstos quienes se han involucrado con él. Un alcalde no puede hacer reuniones en los barrios para preguntar qué necesita el barrio. Todo lo contrario, es el alcalde quien tiene que patearse las calles y observar que falta en su ciudad. Con mi voto delego la gestión de mi calle, mi barrio y mi ciudad en el alcalde. Y es él quien tiene que resolver las carencias de la calle, del barrio y de la ciudad. Para ello, tiene que implicarse con la ciudad y sus habitantes. Imagínense al gerente de una empresa preguntándole al director general qué necesita la empresa. ¿Creen que duraría mucho como gerente? En pocos día estaría en la cola del INEM.

Qué cada uno barre para su casa es algo que también está comprobado desde tiempos ancestrales. Por consiguiente, cada político barrerá para recoger votos valiosos en las próximas elecciones. Para ello, utilizarán todas las artimañas habidas y por haber, se olvidarán de los principios éticos, recriminarán todo lo que ha hecho el presente gobierno y, si no se les agotan las palabras, cosa que nunca le sucede a un político, harán promesas utópicas.

Cuando viene tiempo de lluvia nunca llueve a gusto de todos.

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