¿Nueva burbuja inmobiliaria?
Me ha dado por, última- mente, cuando visito una ciudad nueva o que no es la mía, visualizar con atención el skyline buscando grúas. Y esta mañana, de camino al cole, he divisado una justo en la zona de l’Horta Major, donde las casas tan modernas antes de La Salle. ¡Una grúa en Alcoy! Todo un acontecimiento si recordamos que la Urbanización de Serelles parece entre Hiroshima y los platós de rodaje de los spagueti-western de Almería, con decenas de casas a medio hacer.
Junto al parque de Cantagallet, en su área más elevada, acaban de tapiar un edificio a estrenar al que ya le habían ‘mangado’ hasta las ventanas. Es la herencia visible del desastre de la Economía Especulativa.
Las grúas indican que alguna cosa está pasando, y los indicadores económicos confirman la tímida recuperación del sector de la Construcción. El mejor indicador para consultar es el micro-económico. Mi ‘obrer’ de confianza sigue sin venir a hacerme una chapucilla, y vuelve a aquello de ‘demà sense falta’. Y ese ‘demà’ era hace un mes. Eso quiere decir que tiene trabajo de sobra y me confirma que el sector va bien.
Después de un lustro en el que los grandes bancos lo regalaban casi todo (y los ricos, por tanto, se hacían más ricos comprando casas a precio de ganga), después de comprobar cómo se vendían pisos de lujo en el edificio de encima de Alfe (plaza de España) a precio de VPO, parece que la normalidad vuelve. Una normalidad que podría estar amenazada por una posible y nueva burbuja inmobiliaria.
A las agencias que se dedican a la compra-venta se les ve muy activas. Un amigo ha vendido su casa en tres días (increíble) y otro firma la hipoteca la próxima semana. Hay movimiento, sí.
Pero lo que realmente denota el peligro de la tan medida burbuja es el precio del alquiler. Vuelve a ser difícil encontrar pisitos a 200 euros y se imponen los precios de entre 300 y 400, por culpa de la ley del mercado: ya saben, mucha gente quiere alquilar, suben los precios.
Pagar un alquiler a 400 euros es el paso previo a comprarse un piso. Porque ya saben aquello de… para ‘tirar’ 400 al mes, mejor me hipoteco por 400 euros al mes y la casa es mía. Si encima vuelve a haber trabajo (mal pagado y en precario) y al final de cada mes se cobra, y si unimos ese gen latino que nos conduce a convulsivamente comprar y mantener propiedades… tiene como resultado una nueva oleada de compra-venta de pisos. Con el consiguiente aumento de precios y, por tanto, riesgo de burbuja inmobiliaria.
No se fíen, miren atrás y piensen en las consecuencias. La Historia no debe repetirse, pero puede.