Nuestra Ciudad

Nuestro “CIUDAD”, ese periódico que en marzo de 1953 fundó el ilusionado alcoyano –alcoyanísimo- Rafael Coloma Payá, y que el abril pasado se vio en la necesidad de echar el cierre, arrastrado por la actual coyuntura, la crisis, los cambios impuestos por las nuevas tecnologías, con las bien intencionadas pero erróneas decisiones tomadas en su momento.

La aparición de este nuevo medio, que viene a dar continuidad a nuestra prensa local, que no nos ha faltado desde 1837, ha llegado no sólo a dar continuidad –evitar interrupción-, estimamos que, con la vista y el pensamiento puestos en el futuro, ha de despertar conciencias, levantar ánimos, arrumbar viejas consignas –aunque las vistan con nuevos ropajes-, dejar de mirarse el ombligo, olvidar a narcisistas desesperados, y meditando sobre el desaparecido “CIUDAD”, constituirse en centinela de nuestras virtudes, guardián de nuestras tradiciones –no tradicionalismos caducos-, centinela alerta de plazas, calles y jardines, campos y montes, instituciones tanto públicas como privadas, de personas, pensamientos, cariños y hasta de nuestras pequeñas flaquezas, centinela en fin de un Alcoy inquieto, optimista, industrial, emprendedor, trabajador y alegre.

Todo esto me vino a las mientes mientras, cara al mar Mediterráneo, leyendo “El Nostre Periódic”, me preguntaba quién será el propietario de las cabeceras “La Gaceta de Levante” y “Ciudad de Alcoy”, al mismo tiempo que el vocablo ciudad me recordaría la más famosa comedia de Tornton Wilder, estrenada en España bajo el título de “Nuestra Ciudad”, el que he escogido para el presente artículo, y es que Tornton Wilder al describirnos aquel pueblo dice “Tenemos un periódico que sale dos veces por semana; es El Centinela”, pudiéndose intuir que se publicaba martes y sábado, o sea tal como está programado para este nuevo, que al igual que El Centinela de Wilder informaba del viaje del alcalde, de la boda de la maestra, de la muerte de sus conciudadanos y expresaría opiniones diversas, así nuestro particular centinela será testigo fidedigno de la historia de Alcoy.

Saludémosle, pues, gozosos, y demos la bienvenida a este nuevo medio, nuestro periódico, que llega en turbulentos momentos de mudanzas terribles, de adversidades, para atrapar un futuro que se encuentra ya en este presente “que no es una coyuntura sin historia y sin promesa, sino un momento en el tiempo, un desafío para recoger sabiduría y saber proyectarla”, como ha dicho el Papa Francisco, que muy bien apuntó que no estamos en “Una época de cambios, sino en un cambio de época”. Y acabo retornando a Tornton Wilder: “Para vivir la vida tenéis que amar la vida, y para amar la vida, tenéis que vivirla”.
Vivamos con “El Nostre Ciutat”, y feliz “begin the beguine”.

Eduardo Segura Espí. Abogado

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