‘Moligol’ ha vuelto

Llevábamos un tiempo sin noticias de ‘Moligol’. Su último año en el Betis no fue nada bueno. Coincidió el final de su contrato como verdiblanco con la peor cosecha goleadora de su carrera. Solo un gol contra el Celta en el Benito Villamarín dejó como recuerdo en el curso de su despedida quien fue uno de los símbolos del beticismo de la última época.

Para el recuerdo quedará su emotiva despedida, con todos los estamentos del club volcados con el delantero alcoyano, que no pudo contener las lágrimas en la rueda de prensa en la que hacía repaso a sus seis años como verdiblanco.

Después posó con toda su familia en el centro del campo del Benito Villamarín delante de una pancarta de grandes dimensiones en la que se podía leer el hashtag #GraciasMolina con una gran foto suya celebrando un gol. Una despedida a la que también se unieron sus compañeros manteando al alcoyano a la finalización del último partido de la pasada temporada, que curiosidades de la vida, fue contra el Getafe.

Durante el pasado verano se le vinculó a varios destinos, se llegó a insistir que tenía pie y medio en el Levante, tuvo una suculente propuesta en lo económico para marcharse al fútbol chino, pero la llegada de sus gemelos –Dídac y Cloe, nacidos este verano– le hicieron dar marcha atrás y aceptar quedarse en nuestro fútbol. El Getafe fue quien finalmente se llevó el gato al agua y cerró un contrato por dos años, con opción a un tercero en caso de que el cuadro azulón estuviera en Primera División.

“El cambio ha sido total”, desvela Jorge Molina, quien asegura que “en Sevilla se vive el fútbol como en pocos sitios. La rivalidad Betis-Sevilla traspasa lo futbolístico y se deja sentir en todos los ámbitos de la vida en la ciudad. Estos seis años han sido una experiencia fabulosa. El Betis es un club en el que se vive todo con una pasión a veces desmesurada y es una locura. A nivel deportivo me entendí muy bien con mi compañero Rubén Castro, casi jugábamos de memoria, yo retrasaba mi posición y él jugaba más adelantado. Aquí en Getafe todo es nuevo. La tranquilidad es enorme. Hay momentos que llegas a echar de menos la pasión de Sevilla”.

El alcoyano no duda en reconocer su paso por el Betis como la mejor étapa de su carrera futbolística, club al que llegó en el verano de 2010 tras el pago al Elche de 1,6 millones de euros y una cláusula de 500 euros en caso de que la entidad verdiblanca, entonces en Segunda, ascendiera a Primera División. “Fueron seis años especiales. A nivel personal me sentí muy cómodo en Sevilla. Deportivamente tuve la oportunidad de vivir dos ascensos, clasificarnos y disputar una Europa League y jugar cada dos semanas delante de 40.000 aficionados, el sueño de todo niño que quiere ser futbolista. La lástima fue mi último año y reconozco que no estuve bien por distintos motivos. Ves que pasan las semanas, acabas contrato e intuyes que ha terminado un ciclo. La despedida fue muy emotiva y siempre la recordaré”.

Su aterrizaje en el Getafe no fue todo lo bueno que se esperaba. El pésimo arranque de temporada –una victoria en siete partidos– le costó el puesto a Juan Eduardo Esnáider. Con la llegada de José Bordalás, con quien ya coincidió en el Elche, el Getafe ha despegado en la clasificación y también Jorge Molina ha recuperado su instinto goleador, siendo en estos momentos el equipo más en forma de la Segunda, situado ya en tercera posición a dos puntos de los puestos de ascenso directo cuando no hace mucho llegó a ocupar zona de descenso. “No ha sido fácil la adaptación. Me costó arrancar, como también a todo el equipo. Me expulsaron, tuve dos partidos de sanción y hubo un tercero que no jugué de salida. Poco a poco hemos ido mejorando y ahora estoy muy contento de mi rendimiento. Llevo ya seis goles y voy a más. Por mi juego soy un jugador que necesito tener una regularidad para encontrarme cómodo en el campo”.

A sus 34 años, el delantero alcoyano firmaba este verano un contrato de dos temporadas con opción a una tercera. “Ahora mismo veo lejos mi retirada. Hago lo que más me gusta, físicamente me encuentro bien y a lo largo de mi carrera no he tenido ninguna lesión de gravedad. En verano tuve la oportunidad de marcharme al extranjero. Pudo ser una bonita experiencia, en lo económico era muy atractiva, pero estaban en camino los dos gemelos y hubiera sido muy duro perderme sus seis primeros meses de vida. Surgió la oferta del Getafe, me pareció un proyecto interesante y de momento estoy muy contento de la decisión tomada”.

Pese a que Jorge Molina salió muy joven del Alcoyano, no olvida sus raíces futbolísticas y no descarta colgar las botas como blanquiazul. “Es algo en lo que he pensado alguna vez, pero siempre que estuviera en condiciones de aportar cosas. Para mí el Alcoyano siempre será especial. No olvido que fue allí donde pude hacer realidad mi sueño de pequeño de ser futbolista”.

Tiene claro que cuando cuelgue las botas volverá a vivir a nuestra ciudad, si bien confiesa que aún no tiene decidido hacía donde encaminará sus pasos cuando deje el fútbol. Tiene previsto en unos meses presentar un proyecto en el que tendrá como socio a algún compañero del Betis. También quiere sacarse el tercer nivel de entrenador. “Era algo que no me atraía, pero a medida que se acerca el final de mi carrera es una opción que empiezo a contemplar de manera seria Quiero ver qué pasa y hasta dónde soy capaz de llegar. Es una posibilidad que ahora mismo no la descarto”.

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