Me niego
Fue una de las frases míticas que dejó Toshack en su paso como entrenador del Madrid tras una estrepitosa derrota. “El lunes pienso en cambiar a diez jugadores, el martes a siete u ocho, el jueves a cuatro, el viernes a dos y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones”. Esa fue la sensación de desamparo que nos acompañó a muchos de nosotros el sábado hacia la medianoche, tras saber que el Deportivo tendrá que jugarse el ascenso en la repesca. Esa noche nos acostamos jurando en hebreo y el domingo nos levantamos maldiciendo la dichosa frasecita de ¿por qué somos del Alcoyano?. El lunes el mosqueo ya era otro, el martes nos empezamos a ilusionar tras conocer que el Lealtad era el rival y así han ido pasando los días de la semana hasta que hoy nos hemos vuelto a levantar con la moral, la famosa Moral del Alcoyano, otra vez por las nubes. Es lo que tiene este club acostumbrado al sufrimiento, que busca recuperar la estima después de varios años de progresiva autodestrucción. Me niego a pensar que al Deportivo se le ha olvidado marcar, que jugadores como Óscar Díaz, Juli, Acevedo, Pau Franch o Ruba han dejado de meter miedo a los rivales, que José Juan es un manojo de nervios o que Jony Ñíguez y Diakité parecen juveniles al lado de sus rivales. Quiero creer que vérselas con el Lealtad le vendrá muy bien al Deportivo para limpiar la mente de posibles prejuicios que pudieran haber como sucedió en el play-off exprés donde le tocó medirse a dos rivales de los que había poco que hablar durante la semana porque el factor sorpresa no existía. Entiendo que ahora tener enfrente a alguien del que apenas tienes referencias, también campeón como tú, agudizará el ingenio y tener los cinco sentidos puestos sobre el terreno de juego. Pero sobre todo, que los dos equipos parten con las mismas ventajas, con lo que el Alcoyano evitará la tentación de estar con la calculadora regulando esfuerzos consciente de que el empate le vale. La mentalidad debe ser salir a marcar un gol más que el rival, cosa que en los dos anteriores partidos no era una prioridad, y así le fue al equipo: ningún gol cuando la media de este Alcoyano era de más de dos goles por encuentro hasta el parón liguero.