Las ventajas de practicar una correcta rutina de paseos con nuestro perro
DANIEL PÉREZ, educador y adiestrador canino.
Hoy en día, todos (o casi) estamos concienciados de que si tenemos un perro es necesario pasearlo. Habitualmente se considera como algo que es una obligación, como poner la lavadora o bajar la basura, que entra dentro de las tareas domesticas de la familia. En este sentido, el que tiene ese concepto del paseo del perro, considera dicho paseo como el momento en que el perro tiene que hacer simplemente sus necesidades y se les baja con ese objetivo, pero, ¿es simplemente eso? Hablemos de las ventajas de pasear con nuestros perros.
Hay que considerar, en primer lugar, que el paseo del perro es para él su único momento (tres veces al día) de esparcimiento, el único momento en que normalmente sale de casa y hace ejercicio. Por mucho que queramos considerar que jugar o corretear por la casa también es ejercicio, no es así, es necesario incluir un tiempo de paseo para que pueda “estirar las patas” y ponerse en forma.
Este mismo concepto de ponerse en forma tiene una segunda consecuencia: impedir la obesidad, algo muy perjudicial en los perros. Además de esto, mejorara su musculatura, ejercita las articulaciones, etcétera. Además, estaremos previniendo la ansiedad, especialmente en aquellos perros que requieren una actividad alta y que en caso de no tenerla se ven obligados a descargar su ansiedad en casa, lo cual normalmente acaba comportando un problema de conducta, como conductas destructivas. Todo ello derivará en un mejor estado físico y mental.
Otra de las ventajas, y una de las más importantes, es la socialización. Los perros son animales sociales que necesitan relacionarse con otros perros y personas, el sacarlos a pasear, propicia que puedan relacionarse con mas perros de su entorno y con mas personas, además de ruidos, olores, tráfico y un montón de cosas que se encuentran en nuestras calles y que son estimulantes para ellos. Y la consecuencia es que se hacen más sociables.
Es muy frecuente, en perros que tienen paseos insuficientes, que presenten problemas de socialización con otros perros, personas o con la calle en general. En estos casos, la mayoría de propietarios tienden a sacar cada vez menos a los perros, por aquello de evitar la vergüenza de tener al perro ladrando a todo y a todos, o huyendo despavorido de cualquier cosa que se encuentre, cuando en realidad debería ser al revés: deberían sacarlo más y no menos, ya que la única manera de socializarse con la calle, es pasear, no encerrarse en casa, encerrándolo en casa únicamente escondemos el problema.
Mas ventajas: Veremos como el vínculo con nuestro perro mejora sustancialmente. Nos hará más caso, estará más pendiente de nosotros y en genera,l nuestra relación mejorara, ya que los perros son muy sensibles hacia quien les provee de sus necesidades básicas, que son muy poquitas, comida, cariño y ejercicio.
Pero, ¿solo tienen ventajas para los perros?
En absoluto, nosotros también tenemos ventajas si disfrutamos de estos paseos con nuestros perros. En nuestro caso también aprovecharemos para hacer ejercicio al caminar, lo cual mejorara nuestro estado físico, además de ayudar a prevenir la obesidad, problemas de corazón, diabetes, problemas en articulaciones… las mejoras en nuestro estado físico serán muchas. Y no solo tiene ventajas en nuestro estado físico, sino también mental, a nosotros también nos ayudan a relacionarnos con otras personas y podremos combatir nuestro estrés diario, prevenir o mejorar la depresión y, en definitiva, desintoxicarnos de nuestro día a día.
Dicho todo esto, tenemos que tener en cuenta algunas consideraciones:
En primer lugar, no excedernos, es tan malo quedarse corto como pasarse. Casi cualquier perro que este sano aguanta un paseo medianamente largo, pero lógicamente el paseo tiene que ser adaptado a nuestro perro, no es lo mismo un perro grande que un perro pequeño, ni un perro obeso que un perro con peso adecuado, y por supuesto tenemos que tener en cuenta si nuestro perro tiene problemas en las patas que pudiesen agravarse con ejercicio excesivo.
En el caso de los perros pequeños, lógicamente aguantaran menos que los perros grandes, con lo cual no podemos hacer enormes paseos “del tirón” con ellos, pero tampoco deberíamos hacerlo con perros con peso excesivo; al igual que con las personas, siempre conviene que el ejercicio se empiece hacer de forma gradual y que poco a poco vayamos incrementando el tiempo de paseo. Pero siempre lo mejor es consultar con un profesional, ya sea veterinario o educador, cuáles deberían ser nuestros límites al hacer ejercicio con nuestro perro.
En segundo lugar, sería conveniente, ya que vamos a andar con ellos durante períodos más o menos largos, que les enseñemos a andar correctamente, o incluso proveernos de utensilios que nos hagan el paseo más fácil. Existen multitud de arneses con la finalidad de ayudarnos a que el perro no nos esté tirando continuamente, pero siempre evitando aquellos collares que provoquen movimientos bruscos en el cuello del perro, que no son nada beneficiosos y por supuesto todos aquellos que impliquen dolor, como collares de pinchos o de estrangulamiento.
Por último, y sumamente importante, tenemos que aprender a entender a nuestro perro, entender sus gestos, sus posturas y su forma de comunicarse, y por supuesto, a comprender como se relacionan con otros perros. Es importantísimo que los perros se conozcan de una manera “perruna” y no humana, ya que la mayoría de personas tienden a presentar a sus perros por la cabeza, poniéndolos cara a cara y evitando de esta manera su presentación natural que sería oliéndose el culo, que es al fin y al cabo su manera de averiguar “quien es ese perro”. El tener un perro cara a cara sin permitirle acercarse por detrás, acaba derivando en problemas por entender que esa presentación es un desafío, aunque sea involuntario. Como hemos dicho anteriormente, lo mejor es consultar con un profesional que nos asesore en la manera más adecuada para relacionar a nuestro perro con otros.
Y por supuesto, paseemos a nuestros perros, pero con civismo, procuremos ensuciar lo menos que sea posible, recojamos los excrementos y procuremos que la convivencia con la gente sea pacífica, porque no a todo el mundo le gustan los perros y hay que ser empáticos con esto y procurar que nuestros perros no provoquen molestias a los demás.
En definitiva, andar con nuestro perro es de lo más saludable, tanto para él como para nosotros, y nos evitaríamos muchísimos problemas si lo hiciésemos. Además, pasear acompañado de un ser tan especial y que nos quiere tanto es simplemente un placer ¿verdad? ¿Nos vamos de paseo?