L’Alqueria d’Asnar disfrutó de una espectacular Entrada en sus fiestas
L’Alquería d´Asnar vivió el pasado sábado el día grande de sus Fiestas de Moros y Cristianos en honor a San Miguel Arcángel con la celebración de la Entrada, un acto que reunió a numerosos visitantes de las comarcas del Comtat y de l’Alcoià. El desfile comenzó pasadas las seis y media de la tarde y destacó por la participación de la Filà Verdugos. La comitiva la encabezó esta formación con la escuadra seria en la que se pudo ver desfilar a varios pequeños y seguidamente tomaron las calles del municipio un nutrido grupo de luchadores que representaron una encarnecida batalla entre moros y cristianos. A continuación los niños volvieron a ser los protagonistas repartiendo obsequios al público y llevando a cabo una danza medieval mientras portaban un gran arco en sus manos. La coreografía sirvió de antesala a la gran carroza del capitán, Paco Llopis, rodeado de sus damas y luciendo todos ellos unas indumentarias guerreras con pieles y metales. Indicar que Llopis, uno de los vecinos más queridos por todos los habitantes de L’Alqueria, recibió realizando este cargo un merecido reconocimiento por parte de su pueblo en agradecimiento a su dedicación y entrega a la fiesta según explicó el alcalde, Jaume Pascual. La Entrada siguió después con el paso de dos imponentes escuadras de esclavos acompañadas por el sonido de las marchas cristianas y de una formación compuesta por jóvenes cuyos trajes simulaban las vestimentas de los Piratas.
Las Fiestas patronales de l’Alqueria d’Asnar continuaron el domingo con los actos religiosos en honor a San Miguel Arcángel entre los que destacó la ofrenda floral, la misa cantada por el Cor de Cambra Discantus y la solemne procesión del patrón. A mediodía se disparó una mascletà y por la tarde siguieron los festejos con El Passeig, un castillo de fuegos artificiales y un concurso de disfraces que estuvo acompañado por una barbacoa junto a una charanga. Finalmente ayer hubo una Fireta Infantil y una misa dedicada a San Ramón Nonato y en memoria de los difuntos de la población. La jornada terminó con las paellas a mediodía y una merienda, con coca y chocolate para todos, a las seis de la tarde.