La última cena

Parece que fue ayer y ya estamos preparando la que va a ser nuestra última cena, por supuesto que me refiero a la última, del año.

Ya están las luces puestas, con diferente suerte según la zona donde residimos, porque las que tenemos en el lugar que empieza la Cabalgata Real, dejan mucho que desear. En esta ocasión cuelga del ayuntamiento un precioso cartel, y de nuevo nuestro artista Piñero y su formidable equipo de trabajo nos han decorado la “Bandeja” con una familia muy conocida por todos nosotros, se trata del posadero más popular de la comarca, me refiero a Tirisiti, que ha venido acompañado de su esposa Tereseta, el abuelo y también el sereno, para rematar tenemos al noble toro. Aquel que nos hace gritar en cada actuación tanto a pequeños como a mayores persiguiendo al pobre Tirisiti por el escenario, que ya puede dar gracias al torero alcoyano Clásico, que en realidad nació en Ibi, que con su temple y maestría nos quiere hacer recordar a aquel que debutó en la ciudad de Tibi a principios del siglo veinte.

Es una época en la que nos dedicamos a comprar comida y bebidas para preparar las reuniones familiares o con los amigos que nos vamos a juntar en estas fiestas navideñas. Regalos para el amigo invisible o ayudar a sus Majestades los Reyes Magos, que este año seguro que vienen más cargados de regalos después de unos largos años de crisis. Vuelven de nuevo a nuestra memoria aquellos que ya nos han dejado, aunque haga mucho tiempo que no están con nosotros. Es algo inevitable el repasar cómo ha ido el año, cómo habría sido de haber hecho una cosa u otra; pero lo que menos pensamos es que realmente cada día puede ser nuestra última cena.

Y ya nos lo advierte la Biblia en S. Mateo: “Permaneced despiertos porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor”. O dicho al revés, qué día iremos a la presencia del Señor. Si de algo estamos seguros en esta vida es que tenemos que morir; y si todos los días nos preocupamos por el día de mañana, que es incierto, mejor sería prepararnos para la próxima vida, que es cierta y será eterna. Esa vida sólo tiene dos caminos, el del infierno o el del cielo. Romanos 6:23 “El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor”. Y ahora que celebramos la Navidad, que es el nacimiento de Jesús, es un buen momento para reconocerlo realmente como nuestro Salvador.

Amigas y amigos lectores, gracias por seguirme y, desde lo más profundo de mi corazón, os deseo una Feliz Navidad.

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