La parte “oscura” de tener un perro en casa

VANESA CARBONELL, educadora y entrenadora canina en Diéresis Animal.

Esta semana ha sido especialmente negativa, han ocurrido una serie de cosas ajenas a nosotros, pero que nos afectaban directamente, que nos han dejado un muy mal sabor de boca.

Esta semana quiero hablar de la parte negativa u “oscura” de tener un perro. Desde Diéresis Animal siempre intentamos transmitir lo positivo que es tener un perro y compartir actividades con él; todo el material que compartimos en las redes sociales suele ser positivo y va encaminado a intentar convencer a los propietarios de canes de que éstos son más felices si se comparten actividades para hacer juntos.
Pero esa no es la única realidad, tener un perro implica muchísimas responsabilidades, desde cuidados de salud hasta el más importante, cuidado y educación de su comportamiento.

Y digo el más importante porque al final, un perro puede ser de la mejor raza, estar muy bien cuidado, ir a la mejor peluquería y tener una salud de hierro… pero si sus comportamientos son hostiles y/o agresivos, todo lo demás no sirve de nada. Todo ésto empeora si hablamos de perros de razas grandes –nótese que no hablo de perros de razas “potencialmente peligrosas”, sino de perros grandes en general–.

CON LO SENCILLO QUE ES PREVENIR

Y vuelvo a expresar mi enfado y decepción con este tema, ya que como siempre repetimos estos problemas son muy sencillos de prevenir.

Cuando ocurre algo como lo de esta semana, no puedo dejar de darle vueltas al asunto y pensar en qué hemos fallado, por qué una persona ha llegado al límite de querer sacrificar a su perro sin darle más opción. Después de varios días dándole vueltas, llego a las mismas conclusiones de siempre:

No toda persona puede tener cualquier perro. La genética que porta cada individuo es muy significativa cara a qué predisposiciones de temperamento o carácter va a tener el animal. Yo misma se que hay ciertas razas que, aunque tengo todos los conocimientos posibles y todas las ganas de trabajarlo, son muy complicadas y que hoy por hoy no tendría, ya que la probabilidad de tener problemas es muy elevada.
Solución: consultad con un profesional antes de adquirir un perro, sea de raza o mestizo. Antes. Y sobre todo, no hagáis oídos sordos a sus consejos, os puede gustar mucho una raza en particular, pero que realmente no sea nada recomendable para vuestra forma de ser o estilo de vida.

El porcentaje de personas que inician la educación de su perro a los tres meses, la edad ideal para comenzar los planes de prevención, es muy baja todavía.

Comenzar a los tres meses o a los cuatro tiene una importante diferencia. Solución: hacer un curso de cachorros lo antes posible. De hecho lo ideal sería hacer un curso de cachorro antes de tener al cachorro, de esta forma las cosas se harían correctamente desde el día uno. Los perros ya no viven en casitas aislados del resto del mundo, conviven con nosotros en casa cada día, salen por la ciudad cada día; que todo funcione correctamente es necesario.

El trabajo de entrenamiento y constancia son muy buenos mientras los propietarios realizan nuestros cursos, pero descienden cuando el curso se termina. Solución: apuntarse a alguno de nuestros grupos de entrenamiento fijo, al menos hasta que el perro cumpla 1 año (de hecho, lo ideal sería hasta los 3); de esta forma sigues trabajando y tienes a un profesional asesorándote mínimo dos días por semana.
Ignorar las señales de alarma que nos da el perro. Un perro está en desarrollo hasta aproximadamente los tres años, momento en el que su carácter se estabiliza y todo pasa a ser bastante regular y predecible; ésto quiere decir que no porque mi perro tenga un carácter excepcional ahora, lo va a tener siempre. Los problemas graves no surgen de un día para otro, surgen por haber ignorado muchas de las señales que nos ha ido dando el perro sobre ello. Solución: infórmate sobre la forma que tienen los perros para comunicar que algo va mal, y en el momento veas aparecer una, actúa. Dejar pasar un día puede implicar que su solución sea mucho más complicada. Actúa inmediatamente.

¿Qué puede ocurrir si no se trabajan estas cuestiones? Como siempre la respuesta es depende. En la mayoría de casos: agresiones a otros perros, incluso que un perro hiera de muerte a otros perros con los que convive; agresiones a personas, destrozos en el hogar, denuncias de vecinos, excrementos y orín del perro por casa cada día, perros escapistas, etc.

Cada vez que un perro es abandonado, regalado o sacrificado, los entrenadores–educadores nos planteamos qué estamos haciendo mal.
Es muy doloroso observar cómo un perro que conoces va empeorando y los propietarios no hacen nada para mejorarlo, o incluso conocer combinaciones de perro y propietarios que por desgracia, sabes que están destinados al fracaso desde el día uno.

Como siempre, la mejor solución: prevención.

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