La paella universal. JORDI SEDANO. Portavoz del grupo municipal de Ciudadanos
¡Qué difícil caminar en libertad cuando se nace en el lado equivocado de la valla…!
No me diga que usted no se ha preguntado nunca por qué narices ha tenido la suerte de nacer en uno de los lugares del mundo donde, pese a las vergonzantes bolsas de pobreza, la mayoría no pasamos hambre y tenemos estufa, nevera, derecho a un tinto de verano fresquito y unos mínimos niveles de bienestar (educación, sanidad etc.)
Si me dice que no lo ha pensado nunca, mientras se mete una cucharada de paella dominguera entre birra y birra y ve, en el telediario de turno, a niños y ancianos muriendo por hambre, guerras y desplazamientos, una de dos: o es usted un desalmado, o es usted un “boludo” desalmado. ¡Seguro que ha pensado en su suerte en algún telediario!
Dos tercios del mundo pasan hambre. No se trata de decir: qué suerte he tenido de nacer aquí, sino: ¿qué estamos haciendo tan mal para que el mundo sea tan caótico e injusto?. Y la peor de las preguntas: ¿en qué estoy yo contribuyendo a mejorar este desastre?.
Después de tanto progreso tecnológico y científico, lo cierto es que dos tercios del planeta están peor y son menos libres que el hombre de Cro-Magnon. ¡Eso es lo que hay! Del paraíso terrenal, hemos pasado al paraíso fiscal de unos pocos avispados y al paraíso infernal que sufren millones de personas y tiene a África como líder indiscutible.
Mi querida África. La África olvidada, ultrajada y repartida en una partida de mus entre las grandes potencias. Los niños en el cole no comprenden porqué en África muchos países están dibujados con tiralíneas. Usted y yo sí. Luego hay guerras tribales y unos no las entendemos y otros, que sí las entienden, juegan a financiarlas y a poner y quitar tiranos y esquilmar sus recursos naturales.
Hoy la humanidad, gracias a la tecnología, no tiene un problema de recursos, sino de discursos. Y el discurso de aceptar que el hambre y la guerra son normales en la evolución de la humanidad ya no se mantiene en una sociedad y avanzada como la nuestra. La clave no son los recursos, sino el reparto solidario de los recursos.
La educación (con mayúsculas) es la principal, y casi la única herramienta, que nos acercará a la libertad. Me atrevería a decir que sin educación no hay libertad. La educación es clave: el problema real del hambre en el mundo se soluciona enseñando y ayudando a “pescar y pensar en origen” y no dando peces. Pero hoy toca, por la premura del drama sirio, dar peces y dar la cara como ciudadanos comprometidos con la penuria que están sufriendo tanta gente inocente.
Mantenemos a África en la miseria y en un avispero de guerras con arsenal de las grandes potencias y luego nos quejamos de que nos invaden las pateras y hay que poner carísimas y vergonzantes vallas de seguridad. ¿a quién le importa Mozambique, Etiopía, Siria, o el pueblo palestino?. A mi sí, y espero que a ustedes también, como hoy nos preocupa ser solidarios con los refugiados.
Sobre el asunto de los refugiados, desde Europa dicen los burócratas que necesitan más tiempo, pero no hay tiempo. Hay que actuar ya. ¿Tienen tiempo los refugiados?. No.
Este problema es complejo. No se cura ni con voluntariedad, ni con paños calientes. lo sabemos todos. Este es un problema “Supra-Estatal”. Pero hoy toca también desde aquí, desde Alcoy, ayudar y ser solidarios con quienes están sufriendo. El grano de arena hay que ponerlo aquí y ahora.
El Papa Francisco,como siempre, dando ejemplo, arriesgando y poniendo el evangelio en práctica. ¡Este Papa, es mucho Papa! Ojala los burócratas europeos estuvieran a su altura.
Son tiempos de compromiso y esta semana en el Pleno del Ayuntamiento muchos de nosotros nos comprometimos, sin matices, y en la medida de nuestras posibilidades, para atender a estos refugiados que, sobretodo van a necesitar, además de medios materiales, el calor de la acogida, nuestro tiempo, cercanía y comprensión.
Hoy toca. Sé que habrá gente que no le gustará esta decisión. Pero hoy toca mojarse. Nosotros sólo nos mojamos. Muchos niños y ancianos se han ahogado a pocos kilómetros de donde nosotros nos bañamos al sol.
P.D.
Si me lee en domingo y le toca paella ¡feliz paella!. Ojalá algún día tengamos paella para todos. Porque el mundo es mi familia. ¡y la suya! No lo olvidemos. De nosotros depende