La “manzana” de Rodes
¿Por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicular al suelo?
Cuenta la leyenda que esta fue la pregunta que se hizo Sir Isaac Newton cuando, sentado bajo un manzano en modo contemplación, cayó sobre su cabeza un fruto de dicho árbol. El hecho en cuestión provocó en el cerebro de Newton un reacción, la cual le llevó a generar la Ley de gravitación universal.
La manzana de Newton es mundialmente famosa. Aunque existen otras manzanas que también son conocidas en la orbe terrestre: la manzana contra la que disparo Guillermo Tell, colocada en la cabeza de su hijo; y la archiconocida manzana que Eva mordió incitada por una serpiente.
Hace unos días se presentó el proyecto de “La Manzana de Rodes”. Proyecto que cualquier vecino de la ciudad podría preguntarse si realmente es necesario. La pregunta se contesta por sí sola; evidentemente sí.
La ciudad necesita un revulsivo para saciar el goteo emigratorio que ha dejado a la ciudad por debajo de los sesenta mil habitantes. Una infraestructura única y personalizada no plagios, porque ya hemos visto como han acabado proyectos en los que se ha querido comparar con los de otras ciudades. Este afán de comparación nos ha llevado antaño a grandes errores que estamos pagando en la actualidad; Que Madrid tiene la Moraleja, nosotros Serelles; Que París tiene los Campos Eliseos, nosotros el Bulevard; Que Barcelona tiene el Liceo, nosotros el Teatro Calderón… Proyectos que algunos han quedado inconclusos y otros con un sobrecoste que finalmente estamos pagando los ciudadanos y no se han depurado responsabilidades políticas en ninguno de ellos.
Alcoy necesita dar un golpe sobre la mesa. Por ello, es necesario Alcoinnova. Para que empresas de nuestra ciudad en expansión y desarrollo puedan crecer sin el obstáculo de los edificios de la ciudad. Como es el caso de una empresa de transportes con solera que por su expansión necesita movilizar sus camiones de madrugada. Esto lleva a un malestar para los vecinos que oyen como a altas horas de la madrugada sus sueños se ven perturbados por el rugir de los motores de los camiones. Y no sólo esta empresa de transportes, sino un gran número de empresas a la espera de una ubicación mejor para dotar a la ciudad que las vio nacer y crecer del toque industrial, emprendedor y trabajador de antaño. ¿Queremos que estas empresas emigren a una ciudad colindante por no ofrecer un lugar más adecuado sin la asfixia que provoca el estar rodeada de viviendas? Esta pregunta también se contesta por si sola: evidentemente, no.
Alcoy necesita “La Manzana de Rodes”. Sus habitantes necesitan un espacio tecnológico y cultural como “La Manzana de Rodes” Pero “La Manzana de Rodes” no debe convertirse en la manzana que mordió Eva y, según escritos bíblicos, nos privó del paraíso. Tampoco debe transformarse en la manzana de Guillermo Tell: blanco político para hacer demagogia política y conseguir votos en las futuras elecciones. “La Manzana de Rodes” se debe convertir en ese fruto que cayó en la cabeza de Newton y convertirse en la ley de gravitación universal de la ciudad.