La importancia de mantener una correcta rutina de juegos con nuestro perro
DANIEL PÉREZ, educador y adiestrador canino en @adivoadiestra
En anteriores artículos hemos dado ya multitud de pautas para tener una convivencia feliz con nuestro perro, cómo pasear, cómo educarlo, cómo alimentarlo correctamente… Pero a veces en nuestro día a día nos olvidamos de algo que es mucho más importante de lo que parece: jugar con nuestro perro.
Jugar con el perro, como cualquier otro punto de su educación, es sumamente importante, y hay que tener varias cosas en cuenta para hacerlo correctamente, ya que de no ser así, con el tiempo podemos desarrollar hábitos que pueean acabar siendo desagradables.
¿Cuándo jugar con él?
Es importante que todos los días, en la medida de lo posible, dediquemos un rato a jugar con él, ya que además de las rutinas que todos conocemos, los perros también necesitan un espacio diario para mantener su mente ocupada, actividades que les hagan ejercitar no solo su cuerpo, sino también estimular su mente. De veinte a treinta minutos al día sería un tiempo adecuado para dedicar a jugar con nuestro compañero, y es un tiempo fácil de conseguir, especialmente si somos varios en la familia.
¿Qué cosas NO debemos hacer al jugar con nuestro perro?
Es habitual que utilicemos cualquier cosa que tengamos a mano para jugar con nuestro perro, pero esto no siempre es recomendabls. Veamos qué NO debemos hacer para evitar que con el tiempo puedan adquirir malos hábitos que sean difíciles de eliminar o que nos causen algún problema.
En primer lugar, debemos evitar jugar con palos o piedras, sobre todo por sentido común; los palos pueden astillarse y provocarles algún problema digestivo. Asimismo, las piedras, además de poder provocar alguna rotura dental y un desgaste excesivo de los dientes, también pueden ser ingeridas accidentalmente. El peso de la piedra en el estomago podría provocar una distensión estomacal y si se trata de una de pequeño tamaño, en caso de que no consiguiese vomitarla ni defecarla nos veríamos obligados a operarlo para poder extraerla.
En segundo lugar, mucha atención a jugar con zapatillas viejas y objetos similares, no olvidemos que nuestro perro no diferenciará un zapato viejo de uno nuevo, para él será indistinto jugar con uno como con el otro, con lo cual a largo plazo nos encontraremos con que utilizara cualquier objeto que sea similar al que le hemos enseñado, porque un zapato es simplemente eso, un zapato.
Por último, cuidado con la intensidad con la que juguemos, no debemos olvidar que según le enseñemos a jugar, jugara con todo el mundo igual, personas y perros. Hay que evitar acostumbrarlo a utilizar una fuerza desmedida al jugar, por mucho que nos pueda gustar a nosotros, de otro modo si en algún momento jugara con un niño o una persona mayor, utilizaría esa misma intensidad y podríamos provocar un accidente; igualmente sucedería al jugar con otros perros, que podrían malinterpretar ese exceso de fuerza como una agresión, con la consiguiente respuesta por parte de los demás canes; siempre que la fuerza que utilice el perro sea excesiva hay que parar inmediatamente el juego.
Y por supuesto, hay que evitar a toda costa jugar a que nos muerda en las manos, ya que es un hábito que no a todo el mundo le gusta y tendríamos el mismo problema que en el punto anterior.
Cómo jugar de una manera positiva
En el mercado podemos encontrar multitud de juguetes que harán las delicias de nuestro perro. Es conveniente que seleccionemos el que resulte más adecuado, de un tamaño perfecto para nuestro perro.
Debemos tener en cuenta que no a todos les gustan todos los juguetes y no siempre se acierta a la primera con el juguete más adecuado, a veces habrá que buscar varios hasta acertar el que el “elija” como su juguete favorito.
Uno de los juegos que más les gusta a los perros, por ejemplo, es jugar a “tira y afloja” con algo, podemos usar un muñeco o una cuerda trenzada con nudos para ello. Una buena forma de motivarle a jugar con ello sería moviéndolo mucho para despertarle la curiosidad, como si estuviera vivo e ir escondiéndolo y enseñándolo para que lo quiera coger.
En este juego él tirara de un extremo y nosotros del otro para ver quién puede más. Algo importante si jugamos a esto es de vez en cuando dejarlo ganar, que consiga llevarse el juguete él y no siempre nosotros, ya que si no gana nunca podría acabar perdiendo la motivación para jugar.
Otra forma de perder la motivación por los juguetes seria tenerlos siempre al alcance, para el perro es mucho mas motivador que los juguetes aparezcan de vez en cuando que si están siempre a su alcance.
Otro juego que les encanta es perseguir cosas que les tiremos, ya sean pelotas o cualquier otro elemento de goma (ya hemos dicho que piedras no). Además podemos aprovechar para introducir la orden de soltar, que podríamos empezar a enseñarle mostrándole un premio con la otra mano cuando venga a buscarnos con la pelota en la boca mientras le decimos la orden “suelta”.
Tanto con los juguetes de cuerda como los de goma o caucho, debemos estar atentos si se rompen, para evitar que puedan tragarse pedacitos; en el momento en que veamos que tienen partes rotas debemos retirarlo.
También podemos encontrar en el mercado juegos para desarrollar su inteligencia, algo muy importante. Encontraremos desde el más conocido y simple, el Kong, que es un cono hueco donde podremos meter premios con el que deberá emplear el tiempo en intentar buscar la manera de sacarlos. Otros más complejos son juguetes con piezas móviles y huecos donde poner premios, con los que deberá ir averiguando que piezas debe mover para poder conseguir el premio. Seguramente os sorprenderá lo rápidamente que aprenden y la capacidad que tienen para pensar.
En definitiva, juguetes hay miles y debemos encontrar el más adecuado para nuestro perro. Pero lo importante es el tiempo para dedicarles a jugar, porque al igual que le sucede a un niño, aunque a veces pueda (y deba) jugar solo, también tiene que disponer del tiempo para poder jugar con nosotros, y en cuanto a juegos no hay más límite que la imaginación.
También podremos hacerle nuestros propios juguetes, si nos gustan las manualidades, seguro que en internet podremos encontrar multitud de ideas de fácil creación para conseguir que nuestro perro pase un rato entretenido. Por ejemplo, podemos coger una botella de plástico (de un tamaño adecuado), que a la mayoría les encanta jugar con ellas, rellenarla con piedrecitas para que haga ruido al moverla y forrarla con un trozo de tela de algún vaquero viejo (cosida, no pegada) para evitar que la pueda romper. Veréis como este juguete le gusta y es muy fácil de hacer.
Aunque a veces nos pueda dar un poco de pereza, acabar de llegar de trabajar y tener que ponernos a jugar con el perro, al igual que pasa con los paseos, no nos olvidemos que es algo muy beneficioso para nuestro amigo de cuatro patas, y al final de cuentas, es nuestro mejor amigo, así que, como decimos en otras ocasiones, disfrutemos de ese tiempo que la vida nos da para pasar con él, aprovechemos que nuestro perro siempre estará dispuesto a jugar con nosotros, que nunca estará demasiado ocupado como para no prestarnos atención.
En definitiva, seamos “un poco niños”, porque jugar no debe ser una obligación, es una diversión para todos, y quién mejor que nuestro mejor amigo para compartir un rato de juegos, ¿no?.