La importancia de elegir bien la raza de tu compañero de cuatro patas
VANESA CARBONELL, educadora y entrenadora canina.
Los profesores Emilio Ambrosio Flores y Ángel Caminero, responsables de un programa de radio de la universidad en el que se entrevista a varios catedráticos de psicología, definen el comportamiento de la siguiente forma: “El comportamiento es una actividad más de los organismos. Igual que los mamíferos tienen digestión y respiración, tienen comportamiento. El comportamiento o la conducta es un fenotipo, es decir, es el resultado de la interacción de un material genético determinado con el medio ambiente –o las experiencias. De esta forma, estudiar la base genética del comportamiento es francamente importante, porque determina un marco general en el cual se mueven los organismos.”
En el programa de radio no solo se mencionan los seres humanos como sujetos de estudio de este “marco genético”, sino también todo tipo de animales, sobretodo animales sociales como abejas, lobos, etc.
La importancia de esta última frase que mencionan los profesores es tremendamente importante, pues nos hace ver una vez más a los entrenadores de animales, cuán de lado se deja la importancia de la raza o mezcla de razas que escogemos para elegir a nuestro perro.
Además, una cuestión que debería jugarnos a favor en este punto es que los aportes de la genética en nuestros perros cara a los comportamientos son mucho más predecibles que los del ser humano, ya que los perros se diferencian entre sí por subgrupos muy marcados, con cargas genéticas muy diferenciadas; dando lugar a lo que se conoce como razas o grupos de razas. Tenemos los grupos de perros cobradores –retrievers y algunos más–, los perros de presa, los perros de rastreo, los perros escarbadores – terriers–, etcétera.
Una frase que siempre decimos en nuestros cursos y que es muy importante cara a elegir el perro que nos acompañará durante aproximadamente los próximos 10–15 años es: “El perro es el animal con mayor variabilidad en cuanto a tamaño, forma y comportamiento del mundo. Ninguna otra especie tiene individuos tan diferenciados entre sí teniendo en cuenta estas tres variables.”
Las variables tamaño y forma todos las podemos observar directamente y no hay cabida para el debate; resulta increíble ver que un chihuahua y un gran danés pertenezcan a la misma especie; o un carlino y un pastor alemán. Lo que la gente parece que sigue sin tener en cuenta es la tercera variable, la más importante de la fórmula, el comportamiento.
Escoger adecuadamente un individuo canino –ya sea de una raza determinada o mestizo– es tremendamente importante. En el mundo del comportamiento animal estamos totalmente convencidos de que la cantidad de problemas de comportamiento que actualmente aparecen en familias con perro no son debidos a un problema de comportamiento en sí, sino a que la mayoría de perros no tienen cubiertas sus necesidades básicas ni como especie en muchos casos, ni como su raza o grupo de razas determinado en casi todos los casos; simplemente porque la combinación propietarios/perro no es la adecuada.
Debemos seguir luchando para que la gente tome consciencia y decida pedir opinión profesional antes de elegir al que será su próximo compañero de vida durante muchos años. Gracias a esta tremenda variabilidad genética que tienen los perros, nos es posible encontrar casi el compañero perfecto para cada familia o individuo que decida incorporar un perro a su vida; en la que ambas partes, pero sobretodo el can, tenga cubiertas sus necesidades básicas como especie y sus necesidades específicas según su carga genética –léase raza o mezcla de razas.
Es sencillamente desgarrador cuando visitamos familias que nos llaman por que el perro realiza X conducta indeseada y quieren modificarla, y en realidad lo que ocurre es que el perro no sale a pasear lo que debería, o no lo hace de la forma adecuada, no socializa con perros, no tiene la estimulación física que necesita según el tipo de perro que sea, etcétera. Cuando planteas a los propietarios que el problema no es la conducta X sino un problema más global, la respuesta más común es: “Pero nosotros no tenemos tiempo para hacer eso” o “pero mi vecino tiene un perro que no hace todo eso que dices y no se porta mal como el nuestro”.
Evitar encontrarse en una situación como ésta es tan sencillo como pedir asesoramiento profesional a la hora de elegir a nuestro compañero de cuatro patas.
En Diéresis animal estamos tan preocupados por este aspecto que ofrecemos este servicio de forma gratuita. Si estás decidido y quieres adentrarte en la aventura de tener un perro, contáctanos; te asesoraremos para que puedas decidir con criterios e información adecuada.