La grandeza del fútbol
Se pedía por la situación del equipo, el escenario del partido y las características del rival, que los jugadores hablasen sobre la alfombra de la Ciudad Deportiva Antonio Puchades. Era el día ideal para que más de uno se mostrara y diera un golpe sobre la mesa. Algunos sí que lo hicieron, y de qué manera, caso de Alfaro. Vaya dos golazos se marcó el onubense. Estuvo listísimo a la hora de interpretar a sus compañeros, y estelar en la ejecución. El portero del Valencia Mestalla aún se estará pregundando por la rendija que entró el segundo gol.
Otros, en cambio, no estuvieron a la altura. Caso de Mode. El chaval estuvo lento, desubicado e impreciso. El filial che tenía bien estudiado cuál era el lado débil del Alcoyano y hacía la banda derecha que volcó todo su ataque. Entre Nacho Gil y Fran Villalba más las incorporaciones del lateral Caballo volvieron loco al ex del Sevilla. Evitaron el desastre Víctor Mongil, que el sábado pareció tener un imán en sus botas, y Marc Martínez, de nuevo decisivo.
Otro del que se espera mucho y sigue desaparecido es Abraham. El Alcoyano dio la sensación de jugar con diez toda la segunda parte. Bueno, con diez sería decir mucho porque ni Rubén Ramos ni Julio de Dios la olieron tras el descanso. El jienense anda lejos de su mejor versión y estuvo superado por el rival. El madrileño tampoco atraviesa un buen momento y lleva tres partidos seguidos donde la magia le ha abandonado. Da la sensación de jugar al tran-tran.
Si en el primer tiempo al Alcoyano le costó horrores mantener la posesión del balón, tras el descanso el partido prácticamente se jugó en campo visitante con los blanquiazules incapaces de dar más de tres pases seguidos, incluso a veces hasta dos. Es la grandeza del fútbol. En el partido que menos control del juego tuvo, en el que menos ocasiones se crearon y en el que defensivamente se sufrió más por el empuje del rival, a los de Palop les bastó con las genialidades de Alfaro y una resistencia física y mental encomiable para no venirse abajo y sacar adelante tres puntos que saben a gloria bendita y ponen al equipo otra vez en la lucha por las cuatro primeras plazas.