La autovía ‘interruptus’
El sentido común, delante de un mapa o de una planificación de infraestructuras de servicios, sigue siendo en el ámbito de la administración pública el menos común de los sentidos. Lo que hace diez años, en 2007, se planteaba como “una solución al freno histórico que sufre en su desarrollo la zona del interior de las comarcas centrales”, ahora es un incordio y un gasto no prioritario. Y la autovía de la CV-60,(L’Olleria-Gandia), que une la autovía central con la capital de La Safor, se quedó a medias, paralizada tras un primer tramo acometido por la Conselleria de Infraestructuras y Transporte, que solo llegó a Terrateig, quedando por terminar el que unía esta población con L’ Olleria, cuando ya estaba realizado el proyecto. Es la autovía ‘interruptus’.
Actualmente, el ‘mantra’ tantas veces utilizado de “no hi ha diners” sirve para justificar lo que para muchos ciudadanos, alcaldes, entidades y asociaciones, constituye una clamorosa injusticia que sitúa a las comarcas del interior (L’Alcoià, Comtat, Vall d’Albaida, La Costera, La Safor y La Marina) en inferioridad de condiciones frente a otras comarcas con mayor capacidad competitiva por sus comunicaciones. Las más de 6.500 firmas recogidas, la adhesión de 29 entidades, cinco ayuntamientos y una mancomunidad pidiendo a la Generalitat Valenciana que se reanuden las obras que permitan acabar esta autovía, de momento no han surtido efecto en la administración económica, de ahí que la plataforma que impulsa esta iniciativa vaya a seguir trabajando para conseguir más firmas y adhesiones.
En 2007, el proyecto de autovía entre L’Olleria y Gandia, incluido en el II Plan de Carreteras de la Comunidad, suponía unir directamente la autovía de Madrid con la zona más turística de las Comarcas Centrales, pero también representaba un eje vertebrador que canalizaba el tráfico entre las comarcas, especialmente denso en los meses de verano y fines de semana al configurarse tradicionalmente la costa de La Safor y La Marina como las playas domésticas de ciudades industriales del interior como Alcoy, Cocentaina, Muro, Albaida, L’ Olleria, Ontinyent o Xàtiva y los pequeños pueblos a su alrededor.
Según la memoria del proyecto de 2007, se estimaba que la intensidad de tráfico de vehículos diarios era de 13.500, con un 13% de vehículos pesados y calificándose como “punto negro” la conexión de la actual carretera con la autovía central.
Pero llegaron las vacas flacas y las obras no continuaron. La finalización de la autovía central Alicante-Valencia por el interior y, ahora, la apuesta por la gratuidad de la autopista AP-7, junto a las decenas de millones de coste estimados para terminar el proyecto se están convirtiendo en argumentos oficialistas que no convencen a los organizadores de la plataforma reivindicativa quienes manifiestan que: “Des de fa molts anys, les Comarques Centrals Valencianes pateixen unes dolentes comunicacions per carretera. Aquest és el cas de l’ autovia incompleta CV-60, que serveix d’enllaç entre les comarques d’interior ( L’ Alcoià, El Comtat, La Vall d’ Albaida, la Costera) i les de la costa (La Safor, La Marina Alta i la Marina Baixa). Cada vegada augmenta més la intensitat del trànsit de vehicles, produint-se grans cues i embussos, que provoquen retards, inseguretat, amb el perill d’ accidents i la indignació dels usuaris. Cal vertebrar l’ interior amb la costa, el territori del nord de la província d’ Alacant amb el del sud de la província de València, que mantenen una gran quantitat d’ intercanvis econòmics, comercials, turístics i culturals”.
Desde Generalitat, en concreto desde la Conselleria de Territorio, pese a la recogida de firmas, las reivindicacions y el planteamiento de la sociedad civil en este tema, se insiste en priorizar las inversiones y no considerar urgente esta finalización de la autovía CV-60.
Según publicaba recientemente el diario Información de Alicante, el departamento que dirige la consellera María José Salvador está ultimando una serie de “proyectos para mejorar los enlaces de infraestructuras viarias que atraviesan La Safor y en el contexto de que a partir del 1 de enero de 2020 la autopista AP-7 pasará a ser de libre peaje”. Una presumible solución del problema que vuelve a dejar fuera, como ya ocurre históricamente, a las comarcas del interior, apagadas por el brillo del turismo costero.
Al margen de la reivindicación de la plataforma, que se muestra incansable y se niega a tirar la toalla, con presencia activa en todas las comarcas afectadas, hay quien sigue esperando algún pronunciamiento del renovado Consorcio de las Comarcas Centrales que preside el alcalde de Alcoy. Una entidad de arraigo municipalista cuya utilidad sigue siendo para muchos una incógnita.
FOTO: CEDIDA POR RADIO ALCOY