La adopción de Pumba, una triste historia de abandono que acaba con final feliz

La dejaron atada a un árbol junto al albergue canino a mediados de agosto del año pasado. Estaba muy asustada, como la mayoría que llegan allí, tanto que era casi imposible acercarse a ella. En la Protectora cuentan que “era un miedo como si estuviera pensando quiero que me acaricien, pero temo que me vuelvan a hacer daño”. Pero poco a poco fue cambiando y pronto se ganó el afecto de todos en el albergue. Su timidez inicial se convirtió en un carácter dominante con sus compañeros de jaula, donde rápidamente demostró quien mandaba.

Los cuidadores la consideraban un animal noble y obediente, por eso fue elegida por nuestro colaborador, el educador y adiestrador canino Daniel Pérez, para protagonizar el primer vídeo que presentamos en esta sección sobre adiestramiento en positivo. Y ahora que afortunadamente han adoptado a Pumba, hemos creído interesante acercaros una vez más su historia y que conozcáis de primera mano las razones que llevaron a su nueva propietaria a asumir su cuidado y como están siendo estas primeras semanas junto a Pumba. Porque por desgracia todas las historias no tienen un final feliz, ésta que sí lo ha tenido queremos que la escuchéis.

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