Intervenciones asistidas con animales
Entendemos por intervención asistida por animales cualquier tipo de actividad –ya sea con objetivo lúdico, educativo o terapéutico– en el que se incluyen animales en las sesiones con el fin de generar mayor motivación o para que el animal aporte unas herramientas que el ser humano no puede suplir. Los perros son muy buenos generando conexiones emocionales, los caballos generan movimientos corporales muy beneficiosos para patologías como la parálisis cerebral, los gatos transmiten mucha calma, etc.
Sin ninguna duda, desde mi punto de vista tanto de psicóloga como de entrenadora canina, puedo confirmar que son una herramienta fantástica dentro del ámbito de las intervenciones. Pero cuidado, porque últimamente estamos viendo muchos casos de intervenciones de este tipo que se realizan de cualquier forma y con cualquier animal.
Siendo consciente y aclarando en primer lugar, que se que estas intervenciones se hacen en la mayoría de casos de forma gratuita y con muy buena intención, no puedo dejar de expresar lo que pienso con respecto a este tipo de prácticas. Me estoy refiriendo a aquellas personas que llevan a sus perros – mascotas, perros no entrenados ni preparados específicamente para estas tareas -, o incluso perros de protectoras – perros por lo general con muy baja socialización y con un umbral de estrés muy bajo, es decir, que se estresan rápidamente con las cosas nuevas -.
También es conveniente aclarar, previamente, una cuestión que suele llevar a confusión. El entrenamiento y la preparación que reciben este tipo de perros de terapia no es que realicen trucos y habilidades, aunque sí es parte del entrenamiento; sino que es una preparación en pro del bienestar del animal; es el entrenamiento necesario para asegurarnos de que no estamos “utilizando” al animal, de que éste va a estar cómodo y va a disfrutar de estos trabajos, que en la mayoría de casos, son muy agobiantes para un perro común, y sobre todo, un entrenamiento que nos asegura que el animal no va a producir daños a ningún usuario, pase lo que pase. En definitiva, es un entrenamiento imprescindible.
Los perros de terapia – que es como se les suele llamar – son perros específicamente entrenados para “soportar” cualquier tipo de situación, como un ambiente con muchísimos niños, como un accidente tipo pisotón de rabo o estirón de orejas de un niño con discapacidad – o sin ella – en un momento de descuido del adulto, etc. Que se les entrene para ello no quiere decir que estén constantemente pasando por situaciones así, sino que son entrenamientos “por si acaso”, porque amigos, no lo olvidemos, los perros son perros.
Además de esto, las personas que realizan intervenciones de este tipo sin formación, ni por parte del perro ni del humano como guía de la sesión; suelen realizar sesiones en las que los niños se abalanzan sobre los perros, que se les permite interactuar de forma libre y créanme, no hay nada más peligroso que eso. Porque los niños son niños, y los perros son perros. No solo por el peligro que conlleva este tipo de interacción, sino porque estamos enseñando a los niños el mensaje incorrecto, el mensaje de que los perros pueden ser acariciados sin ton ni son, de que son similares a los peluches, de que deben aguantar todo por parte de los humanos… y ese mensaje es el que ocasionará accidentes graves en el futuro, perros que muerden a niños, por tanto, perros que son sacrificados.
Este tipo de intervenciones siempre deben tener un trasfondo educativo en el que enseñemos a los niños que los perros, al igual que las personas, no son todos iguales. Que no debemos abalanzarnos sobre ellos porque a muchos no les gusta, que debemos aprender a “leerles” si queremos interactuar, pero sobre todo que debemos respetarles como especie diferente a la nuestra que son; solo así conseguiremos reducir la tasa de mordiscos de perros a niños, que crece de forma alarmante en los últimos años por razones como la expuesta en este artículo.
Por tanto, por muy bueno que sea un perro, no debemos exponerle a este tipo de intervenciones, por varios motivos:
1. No está específicamente preparado para ello, por tanto, no estoy teniendo en cuenta su bienestar.
2. Es peligroso, incluso los perros preparados son susceptibles de accidentes.
3.No estamos transmitiendo el mensaje correcto. Para poder realizar intervenciones asistidas con animales, se debe recibir formación; tanto el perro como el guía.
Dediqué una gran parte de mi tiempo a preparar a dos de mis perros para estos trabajos, para asegurarme de que si los hacíamos, los disfrutaran igual o tanto como los usuarios que participaran en las sesiones, y dedico mucho tiempo de mi trabajo a mandar el mensaje correcto a los niños en diferentes colegios e instituciones de Alcoy y alrededores. Por favor, sigamos mandando el mensaje correcto.