Ibi vibra con sus Moros y Cristianos

El día grande de las fiestas ibense comenzaba el viernes a las once de la mañana, donde una corte de guerreros templarios formada por escuadras especiales y un espectáculo de lucha medieval antecedían la triunfal entrada del Capitán Cristiana, Fernando Linares Lillo y la abandera Jésica Martínez, ante la mirada y los aplausos del numeroso público que abarrotaba las tribunas. El capitán, como es tradicional, bajó de la carroza para recoger las llaves de la villa, que le entregó el Embajador cristiano, para emprender a continuación el desfile por las calles de la ciudad.

NOTABLE AUMENTO DEL CENSO

Este año las fiestas de Ibi han experimentado un notable aumento del censo oficial de festeros, que la Comisión cifra en más de 300 nuevas cuotas. El incremento ha hecho que se pase de 1.500 festeros al actual de 1.800 y que en las Entradas Mora y Cristiana de hayan desfilado más de 2.500 personas, entre festeros oficiales y acompañantes de los boatos. En total, se calcula que salieron más de 6.000 personas en las Entradas.

Además, las fiestas cuentan este año con pleno de abanderadas y las catorce comparsas pudieron ayer desplegar toda su fantasía con numerosos trajes especiales y espectaculares ballets, como el que acompañó a la abanderada almogávar Beatriz Asensio.

Original y singular fue el boato de la abanderada de los Cides, Sofía Bernabeu, quien dirigía desde su carroza y tocando un gran bombo al grupo de percusión Trencatoms, de la que ella es componente.

El resto de comparsas cristianas, con sus abanderadas Aitana Climent (Mozárabe), Cristina Navarro (Guerreros), Inmaculada Laurí (Contrabandistas) y Carmen Abad (Maseros), entusiasmaron al público con sus boatos inspirados en la historia de sus comparsas o en los orígenes familiares, como la abanderada de los Contrabandistas que recreó la simbología y alegría de la feria de Málaga.

EL REY LOBO

Por la tarde, a las cinco y media, entraba en la villa el Capitán Moro de la comparsa Chumberos, Francisco Román Pina, y su hija, la abanderada, Mayte Pina Verdú, con un boato inspirado en la historia del Rey Lobo y emulando los sorprendentes fastos de su corte, donde no faltaron caballos de raza y asombrosos y costosos camellos.

Ese sería sólo el inicio de una exhibición de poderío protagonizado por el bando de la media luna, con sus siete numerosas comparsas.
Pese a la inestabilidad del tiempo, el público acompañó a los festeros en su desfile y volcó todo su cariño con la abanderadas Laura Abad (Tuareg), Seyla de la Asunción (Mudéjares), Irene García (Almorávides), Raquel García (Beduinos), Cristina Guill (Piratas) y Marisol López (Argelianos).

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