Han pasado 57 años y volvemos a estar juntos
Este mes de octubre de 2021 tendrá lugar un encuentro, con comida incluida, como buenos alcoyanos, de un nutrido grupo de personas que conmemoran que en el año 1964 (hace ahora 57 años) unieron sus vidas en el curso de Ingreso en el Colegio Salesiano San Vicente Ferrer de Alcoi.
Uno suele ser bastante exigente y crítico en lo concerniente a la Iglesia, pero no es ello óbice para reconocer que nuestro paso por dicho colegio Salesiano nos dotó de unas cualidades y de unos fundamentos que nos han servido para encauzar nuestras propias vidas, como puedan ser la educación, el respeto, y la forma en que afrontamos situaciones cotidianas. Lo cortés, no quita lo valiente…
Pienso que esas personas, que entonces teníamos diez u once años, unimos nuestros esfuerzos por aprender, por hacernos mayores, por pasar de ser unos niños, a caminar por la adolescencia, por mirar de frente esa vida que teníamos por delante. Por lo que a un servidor respecta, recuerdo con especial cariño a quienes compartieron conmigo esos años, esa etapa de mi vida que recuerdo de manera muy estimulante.
En esas aulas encontré a quienes han sido, siempre, mis mejores amigos, y eso es algo que perdura y enriquece, es algo que siempre, a pesar del distanciamiento, llevas en un rinconcito del corazón.
Creo que podemos considerarnos afortunados, pues formábamos parte de un Alcoi que vivía sus mejores tiempos, tenía su mejor futuro, y nosotros pudimos aprovecharnos y disfrutar de ello.
Estoy convencido de que nosotros y nuestra generación tuvimos el privilegio (aún nos pertenece) de formar parte de esa especie de gran generación (que engloba a otras) que hizo que este país viviera sus mejores años, y a la que siempre he tenido la satisfacción de denominar ‘La generación decisiva’, por todo lo que aportó al desarrollo y modernización de España, esfuerzo del que formamos parte, y de la que hemos podido disfrutar sus mejores años.
Estimo que somos afortunados, sin olvidar que algunos hoy no van a poder estar con nosotros, ni mucho menos a los que quedaron en el camino, y que tienen (más aún) nuestro recuerdo y nuestro inmenso cariño.
Tras esos años, cada cual afrontó su vida, cada cual eligió su camino, unos mejor y otros menos, pero hemos llegado hasta aquí. Considero que somos muy afortunados, por nuestra niñez, por nuestra adolescencia, por nuestras vidas… por poder encontrarnos de nuevo.
Esta iniciativa parece ser que surgió desde uno de nosotros, Rafael Ponsoda, persona sobradamente conocida en nuestra ciudad, y al que me permito agradecer que, después de más de medio siglo, tengamos ocasión de reunirnos de nuevo.
Estoy seguro de que habernos encontrado en aquel año de 1964 y posteriores, ha sido una riqueza que todos llevamos dentro, y junto con haber tenido la suerte de tener unas vidas en clave alcoyana, nos hace, de verdad, ser unos auténticos privilegiados.
Gracias a la vida, gracias por poder, hoy, rememorarlo… Como antes mencionaba, esa riqueza que se nos ha otorgado considero que es un auténtico privilegio, amigos míos…
¡Hoy podemosl y debemos disfrutarla. Un inmenso abrazo, compañeros del Curso de Ingreso 1964-1965 del Colegio Salesiano San Vicente Ferrer, para los que estaremos, y para quienes no podrán estar. Tuvimos la gran suerte de formar parte de ese Colegio, pero estoy seguro de que, también él mismo, fue afortunado por acogernos