Gestiones con el Ayuntamiento para reabrir Villa Vicenta
Villa Vicenta, situada en El Salt, es la antigua casa de verano del escritor Juan Gil Albert, hijo predilecto de Alcoy. La finca, que ocupa unos 2.700 metros cuadrados, es un edificio de tres pisos, con un gran jardín y una pequeña capilla situada al fondo. Además, en El Salt, se encuentra el asentamiento arqueológico de una población neanderthal de un gran valor, y por este motivo, cada año viene a Alcoy un grupo de arqueólogos de la Universidad de La Laguna de Tenerife.
El Centre Alcoià d’Estudis Històrics i Arqueològics era el gestor de la finca hasta que tuvo que cerrar definitivamente en 2013 por el incumplimiento de la Conselleria de Cultura, que no aportó las ayudas prometidas. Para darle solución y que se pueda reabrir Villa Vicenta, el presidente de CAEHA, Pedro Juan Parra, explica que están en plenas negociaciones para firmar un convenio entre la Conselleria y el Ayuntamiento de Alcoy y así retomar las actividades. “Queremos que Villa Vicenta sea un referente para cualquier entidad cultural, hay que defender la historia y el patrimonio cultural de Alcoy”.
Otra de sus reivindicaciones es restaurar el camino de acceso a la finca para que sea más accesible y seguro, sobre todo en invierno. Según Pedro Juan: “Nosotros tenemos los recursos humanos y las ideas, nos falta el dinero y una buena gestión”.
Desde CAEHA piden que Alcoy vuelva a ser capital comarcal de la cultura y que se difunda nuestro patrimonio histórico a otras localidades.
Rehabilitación de la finca
En 1990, la Conselleria de Cultura se hizo con la titularidad de la casa pero cuando la alcoyana Trinidad Miró llegó al Consell de la Generalitat, se iniciaron las obras de rehabilitación del edificio, ya que estaba sufriendo un gran deterioro. La consellera nombró como gestores del inmueble al CAEHA, que tenía como objetivo utilizar la casa para la difusión de la cultura e historia de la ciudad, mediante exposiciones, charlas, actividades y rutas.
La Conselleria de Cultura invirtió 800.000 euros en la rehabilitación, respetando los elementos originales de la casa pero también introduciendo nuevos. Además se comprometió a una subvención anual de unos 10.000 euros para el mantenimiento de la casa, un dinero que nunca llegó a su destino, pues debido a la crisis, se retrasaron los pagos hasta que finalmente, se interrumpieron del todo.
Según Pedro Juan Parra: “nosotros nos hacíamos cargo de la luz y del agua pero un día no podíamos seguir pagando y tuvimos que clausurar la casa y paralizar las actividades”.
Villa Vicenta era también la sede de CAEHA, por lo que ahora no tienen un espacio físico para sus reuniones, charlas y exposiciones. Necesitan que la finca vuelva a abrirse y a ser centro cultural de la ciudad.