Gent de poblet

Me comentaba un amigo hace unos días, al hilo de la puesta en marcha del servicio de alquiler de patinetes eléctricos, que no entendía el revuelo causado en Alcoy. Me mostraba, incluso, una fotografía tomada el pasado verano en París, durante un viaje, en la que aparecía él, en medio de una plaza, con varios patinetes desperdigados por alrededor. Así, como dejados caer cual nave nodriza recién aterrizada. Eso sí, sin obstaculizar el paso de viandantes, aunque esto, claro está, depende del sentido común y el civismo del usuario, algo que parece que en Alcoy, a la vista del resultado del servicio durante las primeras semanas, muchas veces brilla por su ausencia. Y como el Ayuntamiento, que dicho de paso, ha facilitado la infraestructura atendiendo a criterios técnicos de accesibilidad de la vía pública, es el que ha impulsado la iniciativa de la mano de una empresa que se ha brindado a prestar el servicio durante un año, de forma piloto, y sin coste alguno para las arcas municipales, pues ahora resulta que va a ser el Ayuntamiento el único culpable de las conductas irresponsables de muchos. Dos montados en un patinete, sin casco, menores y por la acera, y la culpa del concejal de Movilidad de Alcoy, Jordi Martínez, que últimamente no da pie con bola según Pablo González (Guanyar), quien atribuye al socialista todos los despropósitos y males del universo en general, y del servicio de alquiler de patinetes en particular.

Por cierto, quiero recordar que para utilizar uno de estos vehículos hay que tener 18 años como mínimo y estar en posesión de una tarjeta de crédito, ya que de otra forma es imposible ponerlo en funcionamiento. Espero que esos padres inconscientes no sean capaces luego de poner verde la idea a través de Facebook y acusar de imprudente al Ayuntamiento por no informar sobre las normas de uso antes de lanzar la iniciativa. Está claro que las campañas informativas nunca están de más y especialmente si se trata de un servicio que puede entrañar riesgo para las personas. Pero en primer lugar, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento y, en todo caso, si voy a utilizar un patinete eléctrico por primera vez, como si alquilase una scooter para recorrer Ibiza durante las vacaciones, cosa que no he hecho nunca, entiendo que me tendría que preocupar yo solita de todo lo concerniente a la normativa de circulación y uso, lo que incluye también estacionarla. Y a todos nos parecería una aberración que la aparcase en medio de la acera, ¿verdad?

Así que, como digo, empecemos a responsabilizarnos de nuestros propios actos, seamos personas más cívicas y solidarias con el de al lado, y pequemos menos de parecer ‘gent de poblet’ diciendo aquello de ‘los patinetes van a durar aquí dos días’. Si la idea es buena (creo que a estas alturas nadie piensa que no lo es) hagamos entre todos que funcione y que más empresas confíen en esta ciudad para implantar sus proyectos.

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