Garantizada la continuidad y los puestos de trabajo en ‘Moltó Reig’

Fuentes de la empresa de acabados Moltó Reig, de Cocentaina, han querido desmentir los comentarios que han circulado sobre el riesgo de que la liquidación de la empresa vaya a afectar a los trabajadores, cerca de 160, que constituyen actualmente la plantilla. Se ha pretendido en todo momento, según explican, que la liquidación dé paso a la compra de la unidad productiva por una sociedad que garantiza la continuidad de la actividad y de los puestos de trabajo, sin que el cambio sea traumático, todo ello de acuerdo con los administradores judiciales.

Toda esta circunstancia ha sido explicada a los trabajadores, a los proveedores, clientes y sindicatos, de ahí que hayan sorprendido las declaraciones de un dirigente sindical por la alarma que han generado y las dudas que hayan podido suscitar en algunos proveedores.
Según las referidas fuentes, con la cartera de pedido y de clientes, está garantizado el trabajo para toda la plantilla fija de la empresa y de hecho están trabajando con normalidad.

También insisten en que la empresa llegó a la liquidación sin deber dinero a ningún proveedor, tras el concurso de acreedores, y sin que se les adeude ninguna mensualidad a los trabajadores, por el interés que se ha tenido desde el accionariado en no generar más problemas.
Respecto a la fórmula que se utiliza, con una nueva sociedad, para la continuidad de la actividad, se insiste en que forma parte de la estrategia interna y se están acabando de perfilar una serie de detalles, por lo que no se explicará el cambio hasta tenerlo todo ajustado. También se insiste en no querer entrar en polémicas ni en enfrentamientos y recalcan que “nuestro tiempo lo tenemos que dedicar a trabajar y a conseguir que el nuevo proyecto sea un éxito”.

Lo que parece evidente es que el cabeza visible del grupo, Santiago Moltó, no forma parte del nuevo proyecto que surge tras la liquidación. El grupo entró en concurso de acreedores en 2009, llegando a un acuerdo para pagar la deuda, situación que se ha hecho insostenible una vez agotado el plazo de carencia, llegando a la inevitable liquidación.

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