Fenómenos paranormales
Han resultado muy interesantes los últimos días. Interesantes e instructivos. Los que seguimos la actualidad de estas tierras hemos descubierto un montón de cosas. Para empezar, aquellos poco duchos en temas culinarios, hemos conocido que para cocinar la mejor olleta del Mig Any hay que tener paciencia y que, además, hay que preparar el plato estrella de nuestra gastronomía festera con sumo mimo. Lo aseguraron, en pleno éxtasis de la celebración, los cocineros de la filà Asturianos a la que el jurado le otorgó este año el primer premio del concurso. Arguiñano no lo habría explicado mejor.
Hemos sabido de boca del portavoz municipal socialista, Jordi Martínez, que en el Ayuntamiento se dan expedientes ‘X’. Sí, un poco de fenómeno paranormal tiene que Compromís y Guanyar soliciten expedientes, informes y documentos de diversa índole y, luego, no pasen a recogerlos. O lo hagan un par de semanas después. Extraño, muy extraño. Quizá Iker Jiménez debería investigarlo.
Una investigación o un balance de cuentas que no cuadra es lo que ha permitido saber que en el Ayuntamiento de Cocentaina el auxiliar de Caja del Consistorio se ha descontado. O no. Sea lo sea, el gobierno municipal ha denunciado el caso ante la Fiscalía para que aclare las supuestas irregularidades contables que se estaban produciendo y se sepa cuánto dinero se ha despistado.
Poco de despistado y mucho de temerario tiene ese joven que en días pasados estuvo en boca de todos por colgarse de las barandillas de los puentes de Alcoy y hacerse fotografías. El joven no solo ha sido identificado, sino que no ha tenido el más mínimo rubor en ser entrevistado en Televisión Española contando su proeza. Dice que pagará la multa de su bolsillo y que no confiará en aquellos que colgaron las imágenes en las redes sociales. Menudo fenómeno.
Aunque el verdadero fenómeno paranormal es el que han descubierto los compañeros de El Mundo. Según un informe de la Conselleria, el director del Instituto Tecnológico del Textil (AITEX) vino a cobrar en 2014 unos 243 mil euros brutos. Euro arriba, euro abajo. Eso sí que es un sueldazo y no el premio del cupón de la ONCE.