Estoy raro, debe ser la alergia

Si se había imaginado, papeleta en mano, ejerciendo su derecho constitucional de opinar, gracias a Jordi Martínez, concejal de fiestas, ideólgo e impulsor de la consulta popular para decidir las fechas de las fiestas de moros y cristianos de Alcoy por los siglos de los siglos… Amén. Si ya tenía pensado el voto, si había visto la luz al final de túnel y creído que, de una vez por todas, los periodistas íbamos a borrar de nuestras mentes el término la ‘Guerra del calendario’. Si alguna noche se había despertado sobresaltado, viéndose en sueños en pleno Partidor, vestido de cordonero y sin saber a donde dirigirse para votar.Si es usted ese hostelero o empresario que lleva meses cruzando los dedos para que, de una vez por todas ‘hi haja trellat’ y las fiestas se celebren en fin de semana y así ver enterrados sus males festeros. Si, en cambio, es de los que defiende a capa y espada la tradición del 22, 23 i 24…sempre y lleva semanas enrollado en casa con la enseña del santo patrón tratando de inculcar ‘coneixement’ a los alcoyanos para que decidan que la festa siga siendo la Nostra Festa, la de siempre. Si, en definitiva, admirado lector, usted se ha visto reflejado en cualquiera de estas situaciones o cualquier otra que un remoto día pasaron por su mente, repito, si usted podría ser alguno de estos imaginarios personajes, olvídese.
Ayer los que pensamos son los mayores garantes de la democracia, aquellos que hemos elegido y a los que pagamos para que resuelvan nuestros problemas, los mismos a los que se les llena la boca cada vez que hablan de participación, esos que nos animan a que acudamos a votar y que digamos en las urnas lo que pensamos. Esos, mismos, los concejales del Ayuntamiento de Alcoy, nos han privado de poder tomar una decisión que ellos no han sabido ni querido tomar desde que hace 17 años se desató la Guerra del calendario festero, sembrando la discordia entre los alcoyanos. Ellos, nuestros gobernantes, tendrán que asumir, unos más que otros, la responsabilidad de ser los culpables de que en el conflicto de calendario festero todo siga igual. No han estado a la altura. Les ha temblado el pulso. Me habría gustado tener la opción de decidir. Eso sí, me alegra no tener que hacerlo sobre la conveniencia de impulsar una cooperativa de distribución de electricidad. Lo siento, estoy un poco raro. Debe ser la alergia.

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