Ya nada volverá a ser como antes
Parece que se vislumbra un acuerdo para formar un gobierno. Por lo menos hay un preacuerdo cuando escribo estas líneas. Lástima que no hubieran llegado antes a ese consenso y nos hubiéramos ahorrados unos millones de euros.
Ya en el primer punto del preacuerdo, el de consolidar el crecimiento y la creación de empleo, se está llevando a engaño a la gente. ¿Más empleo y, además, estable y de mayor calidad? Eso es imposible. Va en contra de todos los indicios y se está advirtiendo de lo contrario en todos los foros internacionales. El trabajo está en proceso de redefinición por lo que es una irresponsabilidad prometer trabajo para toda la vida. No se pueden dar falsas esperanzas y lo que tienen que hacer es proporcionar herramientas e información para afrontar los cambios que vienen.
Stephen Hawking, el genio de Oxford, se preguntaba si estamos preparando a nuestra sociedad inmediata para un mundo con un desempleo que él calculaba que rondaría el 60% Está claro que no. ¿Es una barbaridad? Sí, pero van por ahí los tiros. Las plantillas en las empresas serán más pequeñas, se va a necesitar adquirir nuevas habilidades y competencias para poder adaptarnos mejor a la nueva situación. No lo digo yo, lo dice el informe de referencia del Foro Económico y Mundial “The future of the Jobs 2018”.
No es el fin del mundo, no es la era de los robots sobre los humanos, es el futuro que viene, los nuevos modelos económicos, lo creamos o no. Es importante conocer todas las claves de este cambio para poder desarrollar una estrategia empresarial, personal, económica, política y social que gire en torno a la nueva revolución tecnológica y digital.
Habrá personas que crean que estos cambios no van con ellos, que lo único que quieren es que su casa y sus finanzas funcionen bien. Qué les sea más fácil llegar a final de mes… pero, hacedme caso: a todos no tocará. No nos dejemos llevar por la inercia, hay que despertar un espíritu crítico y proactivo entre la sociedad porque estas disrupciones van a afectar mucho a nuestras vidas.
Es importante que todos los agentes implicados debatan de forma abierta y sin miedos sobre temas como la reducción de las jornadas laborales, la renta universal garantizada, la educación, las nuevas capacitaciones laborales, los incentivos fiscales..… y para ello los que nos gobiernan tienen que dejar de pensar en votantes y más en ciudadanos, rodearse de tecnólogos, con buenos perfiles profesionales y no de amigos de partido.
Se habla también en el punto 4 de ese preacuerdo entre UP y PSOE de un impulso digital, nada más. Marc Vidal habla de la idea de que “la transformación digital no es una metodología en sí misma, sino un modo cultural que engloba al personal existente y que permite cambiar procesos y modelos de trabajo digitalizándolos para hacerlos más eficientes.” Espero que en el desarrollo de sus políticas tengan contemplado el impacto que la tecnología va a tener en nuestra sociedad y las desigualdades que se pueden producir y no se queden sólo en ese pequeño impulso.
Es fundamental la transferencia tecnológica entre universidad y empresa, la promoción de instituciones científicas de alta calidad, más inversión en I+D+I y más protección de la propiedad intelectual. Se tiene que oír hablar de Inteligencia Artificial, de robótica, de Blockchain, de Big Data, de coche autónomo, del Internet de las cosas, de la hiperconectividad, de automatización, de ciberseguridad….
La responsabilidad de las Administraciones es plantear políticas activas, tienen que tomarse en serio los planes actuales de I+D+I, que se ejecuten al 100%, que no sean ayudas y subsidios empresariales únicamente, sino que estén amparadas en una verdadera estrategia de innovación. España está clasificada en el puesto 42º en el Informe sobre Competitividad Global 2017-2018 del Foro Económico Mundial que habla de la situación de la innovación en 137 países. Suiza, Estados Unidos e Israel estén en los primeros puestos.
¡Pongámonos las pilas ya!