Xavi Terol, un fotógrafo de pueblo hecho a sí mismo
Ha cerrado su estudio por jubilación pero por ahora no cuelga la cámara
Cuarenta años de profesión dan para mucho, especialmente si eres fotógrafo y te dedicas al periodismo local, como le ocurre Xavi Terol, que la pasada semana echaba el cierre a su coqueto estudio de la calle Sant Nicolau. Xavi se jubila, como corresponde a su edad –66 años–, para cerrar solamente una etapa laboral, porque lo que es el oficio, esto no termina.
Fotógrafo autodidacta, empieza a trabajar en el textil a los 14 años. Como muchos de su época, vio en la fábrica una salida laboral, pero además en su caso, la necesidad de contribuir a la economía familiar tras la repentina muerte de su padre cuando él contaba 6 años. Primero intentaría compatibilizar el trabajo con los estudios, pues no se le daba nada mal. Pero pronto le aseguraron a doce horas y fue imposible llevarlo todo adelante.
Sin embargo, cuando cumplió 18 años decidió que su vida no iba por ese camino. “Mi madre me dijo que no quería verme triste y que hiciese lo que de verdad me gustase, y así lo hice”, recuerda Terol.
Y es que siempre fue un joven inquieto, que se decantaba por la cultura, incluso reivindicativo y concienciado con la situación sociopolítica del momento. Empezaba a atisbarse la Transición y el Xavi veinteañero empezaba a descubrir su verdadera vocación en entornos donde las artes escénicas y el teatro se iban abriendo camino. “En el club juvenil de la parroquia de San Roque conocí a Juli Cantó, a Lucio Abad, Manel Rodríguez, Jordi Botella, Carlos Pérez…”, nombres que, al igual que él, se harían hueco después en el mundo de la cultura alcoyana, incluso algunos con proyección nacional.
Aquella sería una primera toma de contacto para Xavi, que empezaba a participar en cortometrajes como iluminador y técnico de imagen, y que tendría después continuidad con la creación, capitaneada por el periodista Ramón Climent, de un grupo de teatro que se denominó Nueva Talía. “Al mismo tiempo empezaba a trabajar con Alejandro Soler realizando trajes para escuadras, escenografías de películas para Carles Mira, decorados de La Cassola… Aprendí mucho de él, de su carisma, era muy enriquecedor”, afirma.
El ambiente artístico en el que se movía hizo que también se interesara por la fotografía, la que acabaría siendo su verdadera profesión. Aprendió “él solo”, confiesa, aunque al lado tuvo desde el principio a uno de los mejores: a su amigo Paco Grau. Precisamente, su primera oportunidad en el mundo del fotoperiodismo le llegaría gracias a él, que por entonces trabajaba en plantilla en Ciudad.
El 4 de mayo de 1984, Xavi Terol publicaba su primera fotografía en las páginas de un periódico. “Recuerdo que estaba nervioso incluso, ansioso por ver mi trabajo allí publicado”. Y se acuerda de que era un retrato del ilustrador Jordi Peidro, al que le habían premiado un cómic. El próximo abril, casi cuarenta años después, la casualidad ha querido que el círculo se cierre cuando Terol firme el reportaje de Peidro como capitán moro por la filà Mudéjares.
Trayectoria y balance
Cinco años como corresponsal en Información, 30 en Ciudad de Alcoy y diez en El Nostre resumen la trayectoria de Xavi Terol en el mundo del fotoperiodismo, la parcela de la fotografía con la que más se identifica, a pesar de que en la última década se ha dedicado también al reportaje de estudio. “También esta etapa me ha permitido aprender una parte que siempre había tenido más aparcada, pero me gusta la implicación social que tiene el periodismo, la fotografía urbana, captar la acción, plasmar mi mirada, una visión del mundo que, a veces, puede hasta ser de ayuda para personas que lo necesitan, alguien que denuncia una situación”, explica.
De todo su archivo, destacaría un retrato de Joan Valls en sus últimos años de vida, el cual ha sido utilizado por otros artistas, como Antoni Miró. Aunque, para él, resulta “imposible quedarme con una”, quizá por eso nunca se ha presentado a concursos, pero en cambio, ha participado en numerosas exposiciones y trabajos de documentación sobre el propio Valls, Joan Fuster y Ovidi Montllor, entre otros.
Y a la hora de hacer balance de su trayectoria, es inevitable hablar de la evolución que ha sufrido la fotografía, especialmente desde el punto de vista de la tecnología. “Ha sido trepidante el cambio que ha dado, para mí ha sido un reto adaptarme y al mismo tiempo, es apasionante lo que se puede lograr, la calidad que hay hoy en día, la tecnología te facilita el trabajo” y no la ve como una amenaza: “La forma de mirar, la intencionalidad, una manera de hacer, eso la inteligencia artificial no lo puede hacer”.
Como tampoco ve mal que haya cierto intrusismo profesional en el sector. Al contrario: “La fotografía es un arte emergente, que se comparte muchísimo gracias a las nuevas tecnologías, y esto quiere decir que hay cada vez más consumo, lo cual es positivo porque hace que la gente tenga más cultura fotográfica, es una forma natural de hacer pedagogía”.
Ahora cerrará esta etapa que inició hace diez años junto a su inseparable Mari Luz Blanquer, pero emprenderá otros proyectos igualmente “ilusionantes”. Uno de ellos como autor de la portada de la Revista de Fiestas, que verá la luz muy pronto, y también tiene previsto revisar su extenso archivo de negativos, con la intención de cederlo a la Biblioteca Municipal. Así que queda Xavi Terol para rato.