Víctor González: “El Dakar ha cumplido mis expectativas”
González se convierte en el primer alcoyano en disputar y acabar la mítica prueba
Han pasado algo más de dos semanas desde la finalización de la 43 edición del Dakar y no puede evitar que su mirada se ilumine y que cambie el gesto de su cara al recordar ese debut en el mítico rallye. No hay un momento del día que este empresario alcoyano, con una vinculación muy especial desde su adolescencia a todo lo que eran las carreras todo terreno y las leyendas forjadas en el enigmático desierto africano, que no recuerde cada detalle de lo que fueron dos semanas que nunca olvidará. “No me sorprendió ni me decepcionó nada, iba preparado. Mi participación en el Dakar ha cumplido completamente todas las expectativas. He disfrutado cada segundo, cada momento de la carrera. El problema es que me ha mordido el veneno del Dakar, y mi deseo es regresar”, explica Víctor González sin evitar lanzar una sonrisa de complicidad.
Vuelva o no en el futuro, lo que nadie quitará a este piloto habitual del Campeonato de España de todo terreno degustar esa enorme satisfacción que recorre por todo su cuerpo de por fin haber llenado un apartado que aparecía vacío en su palmarés, cuestión que no llegaba a incomodarle al tener motivos más que suficientes para sentirse orgulloso con resultados que le ponen en un lugar relevante dentro del panorama nacional de su especialidad, sin ir más lejos cerró 2020 con un subcampeonato de España, pero su condición de piloto amateur lastraba muchas opciones de acabar escribiendo una página en el libro de la lustrosa historia de la considerada carrera más dura del mundo.
Víctor González no solo vio cumplido un sueño que le remonta a su adolescencia, puede presumir ya de entrar a formar parte de esa selecta familia de dakarianos que han participado y terminado el rallye. Como único participante de la provincia en esta edición, el alcoyano se estrenó como copiloto dentro del FN Speed Team, el equipo español con más participantes en meta. Hasta seis motos, cinco buggies y dos coches lograron subir al podio en una de las ediciones más exigentes de los últimos tiempos. Victor González fue el navegante del melillense Juanmi Fidel, un piloto de prestigio y con varias participaciones sobre sus espaldas.
Ambos tomaron la salida con un Canam Maverick de 900 kilos de peso y 200 caballos de potencia en la categoría de vehículos ligeros SSV, las iniciales en inglés de Side by Side. Cada día afrontaban la etapa con una doble misión: ser ambiciosos para tratar de posicionarse lo mejor posible en la clasificación general de su categoría, y por otro lado estaba la estrategia de equipo como primer vehículo de asistencia de Santi Navarro, piloto principal de la estructura con sede en Cataluña.
Mezclar ambos frentes no fue una tarea fácil, especialmente durante la primera semana de carrera hasta que se incendió el coche de Santi Navarro y tuvo que dejar la prueba justo en mitad del Dakar.
Precisamente en el momento del abandono, cedieron más de media hora mientras esperaban en un punto su paso, que nunca llegó. Al ver que su referencia no aparecía en el sitio acordado, hubieron de buscar un lugar donde la cobertura del móvil permitiese a Víctor González contactar con el copiloto de Santi Navarro. “Me dijo un escueto, ¡Seguid vosotros!, algo que nos sorprendió. No fue hasta la noche, al llegar al campamento, cuando nos enteramos de lo sucedido”, recuerda.
Fue un momento de frustración pero también de liberación, puesto que aparcaban su condición de primer vehículo de asistencia dentro del equipo y pasaban a gozar de libertad para hacer su carrera. Finalmente ocuparon el 17º puesto de la clasificación de vehículos ligeros -derivados de serie- y el 27º de todos los buggies, solo tres puestos por detrás de los argentinos Gael Queralt y Pato Silva, que fueron los primeros del FN Speed Team en meta y los terceros españoles de esta edición en SSV. “No está nada mal para ser mi debut en el Dakar”, explica Víctor González con cierto orgullo, quien recuerda que solo un 10 por ciento logra acabar en su primera participación.
El alcoyano confiesa que no iba mal encaminado cuando antes de partir el 28 de diciembre hacia Jeddah, la segunda ciudad más importante de Arabia Saudí y puerta de peregrinaje del mundo musulmán a La Meca, punto de salida y de meta de la 43 edición del Dakar, cuando fijó sus aspiraciones en hacer un Top 10. “Perfectamente hubiéramos podido acabar entre los quince mejores de nuestra categoría, incluso pensar en estar cerca de los diez primeros, pero en una carrera de dos semanas influyen muchas circunstancias y deben confluir a la vez una serie de factores para que todo se acabe dando como uno cree que se tendría que haber dado”, indica.
- Reportaje completo en la edición del sábado, 6 de febrero.