Vicente Mir, en el centro de la diana

Si deportivamente Vicente Mir lleva un tiempo en la cuerda floja, la última salida de tono ha puesto al técnico a los pies de los caballos y en el centro de la diana. Los hechos ocurrieron en la sala de prensa del último partido en casa contra el Peralada, a la que el valenciano se presentó visiblemente alterado tras un encontronazo con un sector del público, del que dijo “no ha estado a la altura”, palabras que luego matizó explicando que se refería a esa parte en concreto de la grada.

Lo cierto es que no solo el aficionado empieza a estar harto de las impertinencias del valenciano, sino que también alguno de sus más fieles defensores de puertas hacia adentro del club. “Soy un tipo claro y quien me conoce sabe que digo lo que pienso, nadie me va a cambiar. Lo que no voy a hacer es vender burras en las que no creo”, aseguró para acabar la rueda de prensa.

Capítulos de Olot y Sabadell

Fue la gota que colmó un vaso de despropósitos que empezaron a comienzos de mes contra el Olot después de vivir el de Meliana su peor semana tras la sonrojante derrota en Castalia. Un Vicente Mir fuera de sí, se fue directo a por Raúl Garrido, entrenador del Olot, al entender que se había burlado en la celebración del gol del empate de Héctor Simón tras un dudoso penalti en el descuento. Mir tuvo que ser sujetado por su propio cuerpo técnico y llegó a llamar “subnormal” a Garrido. El exabrupto le costó la tarjeta roja y ser castigado con un partido de sanción.

El siguiente capítulo tuvo su origen en la víspera de la visita a la Nova Creu Alta de Sabadell de hace dos semanas. Vicente Mir no se cortó a la hora de comentar que los equipos de Toni Seligrat no juegan a nada, declaración que llegó a oídos del extécnico blanquiazul que no desaprovechó la oportunidad tras el encuentro para referirse a Vicente Mir como “el vendedor de mantas”.

El último despropósito del de Meliana se daba en el último partido de casa frente al Peralada. El técnico entró a la sala de prensa con cara de pocos amigos. Había sido el primero en retirarse hacia vestuarios mientras que los jugadores se quedaron en el terreno de juego para saludar a la afición. Durante el trayecto, Vicente Mir escuchó de todo, pero había una voz unánime que pedía su cabeza. Sin embargo, su cabreo en sala de prensa no vino por esa petición de cese, sino por el enfrentamiento que había tenido con un sector de la grada.

Según relató él mismo, faltaban pocos minutos y unos aficionados empezaron a pitar tras una posesión larga del Peralada, que estaba con uno menos. Fue entonces cuando se giró hacia ese sector para recriminarles, según confesó después, que “lo que tenéis que hacer es animar, no les dije nada más. Metiéndose de esa forma con el equipo lo único que estaban consiguiendo era poner aún más nerviosos a los jugadores. No era el momento, después del partido que hubiera hecho lo que quisieran, pero se estaban equivocando”.

Sus palabras tampoco han sentado demasiado bien en el club. Están preocupados por la reacción que pueda tener en los próximos partidos del Collao y así se lo han hecho saber a su principal valedor y uno de los accionistas mayoritarios de la entidad, el empresario ilicitano Miguel Hita. En Sabadell salvó un ‘match ball’ cuando la soga empezaba a apretar su cuello. Ahora mismo su despido supondría un importante desembolso económico –tiene dos años de contrato– pero si el Alcoyano sigue dando una de cal y dos de arena no se descarta que pueda acabar llegando ese revulsivo que estuvo cerca de llegar hace poco.

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