Una línea digna
Desde que tengo uso de razón recuerdo el tren en Alcoy. Sin embargo, no tengo un recuerdo de uso normal ni constante. Creo que somos muchos los que nos pasa lo mismo. Es una pena.
El tiempo en su inmensa magnitud nos justifica poco a poco la explicación de estos encuentros. Para este caso tenemos una explicación y es que la línea ferroviaria Alcoy-Xátiva lleva mucho tiempo sin ser funcional. Esto provoca reducir el espectro de posibilidades de movilidad que se nos dispone.
No logro entender muy bien por qué. Aunque sea una línea cuya afluencia pueda ser menor, creo firmemente que, por poco que sea, debe garantizarse el mismo acceso a un servicio de calidad que se ofrece en otras rutas. Porque el derecho a la movilidad no debería depender del número de pasajeros, sino de la necesidad de vertebrar un territorio que, históricamente, ha quedado relegado a un segundo plano en materia de infraestructuras.
¿De verdad se entiende que un trayecto como el que recorre el tren de Alcoy hasta Xàtiva se necesite un total de 1 hora y 20 minutos? Sin ser pretencioso ni valorar el proyecto en responsabilidad de ingeniería civil es necesario detenerse a realizar una reflexión sobre este aspecto que a fin de cuentas nos afecta a todos. Asimismo, hasta ahora, en las comarcas centrales, nos hemos visto obligados a conformarnos con un servicio que apenas cumple con los mínimos para ser considerado viable.
De otra parte, recientemente se anunciaba la inversión de 160 millones de euros para modernizar la línea. Por primera vez en casi 120 años, se plantea una renovación integral que incluirá la mejora de estaciones, la adecuación de túneles y la renovación de la vía, lo que reducirá los tiempos de viaje y mejorará la fiabilidad del servicio.
Esta actuación no solo nos conectará mejor con otros municipios y una futura estación de AVE ubicada en Xàtiva, sino que abrirá nuevas puertas para la dinamización económica y social de Alcoy y de toda la comarca. Disponer de una infraestructura ferroviaria eficiente no solo nos transporta de un punto a otro, sino que define el futuro de un territorio. Ahora solo queda que, por una vez, los plazos se cumplan y que el tren de Alcoy deje de ser un recuerdo borroso inútil para convertirse en un símbolo de progreso.
JORDI PASCUAL. Periodista