Un elefante en una cacharrería

Viendo al Deportivo el domingo ante el Benigànim, hubo momentos en los que era difícil adivinar quien era el líder y quien el colista. La diferencia estuvo en las áreas, donde el Alcoyano no perdonó. Los de Vicente Parras se mostraron letales cuando hubo una suma de talentos en la portería rival, mientras que el Benigànim se estrellaba ante un José Juan que hacía tiempo que no se le veía intervenir tanto.

Sin toda esa dinamita, el Alcoyano fue el domingo como un elefante en un cacharrería, fuera del partido la mayor parte del tiempo y con momentos en los que era una verdadera heroicidad verle dar dos pases seguidos y con cierto sentido. Mucha culpa la tuvo un once inédito.

El propio técnico reconoció que muchos ni habían coincidido entrenando. Jugar con tantos cambios implica que se pierdan muchos de los automatismos que el equipo adquiere con un once tipo. Sin embargo, no por ello hay que cargar de culpas a los que entraron en el equipo, pensando que no estuvieron a la altura deseada.

Lo positivo del domingo fue ver que Pau Franch volvió a marcar después de una lesión de larga duración, con lo que ello supone para un goleador como él; que Antón sumara su primera titularidad en un puesto en el que Devesa no tiene recambio natural; que Fran Machado volviera a sentirse importante tras varios partidos sin aparecer en el once titular; que se volviera a confiar con Jorge Moltó para coger las riendas del equipo en el centro del campo, o que los canteranos Josué y Migue Aracil acumulara más minutos en el primer equipo.

A nadie le gustó el Alcoyano del domingo, estuvo muy lejos de lo que este equipo puede dar, pero como plantilla demostró que tiene recorrido y que sigue creciendo. Son veinte jornadas sin perder, a una del récord, con dos salidas en el horizonte muy peligrosas y que van a exigir al equipo ofrecer su mejor versión.

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