Un capricho para el paladar
Torre de Cotes completa con más éxito que nunca su 4ª edición gastronómica dedicada al calçot. El joven restaurante, situado a los pies de la Sierra de Mariola, finaliza esta jornada con una última calçotada el domingo 3 de marzo.
Poco más de un mes ha bastado para deleitar a más de 1.000 paladares. Esta jornada gastronómica que invita a degustar el calçot cada vez tiene más éxito. Un evento sencillo para conocer la tradición y uno de los sabores más característicos de Cataluña.
Nada más entrar a la finca, los asistentes disfrutan en el exterior de una “calçotada al uso”. Las cebollas blancas son traídas desde la zona de Valls, tierra categorizada con la IGP (Indicación Geográfica Protegida). Una vez preparadas a la brasa, los calçots ennegrecidos son servidos en tejas morunas. Los comensales, ubicados en mesas altas con su babero característico, empiezan a pelar de solo un pellizco la cebolla mojándola en su salsa romescu. Toda una explosión en el paladar que es acompañado de un aperitivo de bienvenida.